La
obediencia. Parte 1
“Porque he descendido del cielo, no pa
ra hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Juan 6:38
Este mes
hemos estudiado las claves que se necesitan para tomar decisiones con base en
los principios de Dios, vimos la primera: Conocer y creer en la palabra de
Dios, y el día de ayer finalizamos con el estudio de la segunda: La oración; y
aunque estas claves son de vital importancia de nada servirían si no vinieran
acompañadas de la obediencia.
Y es que si
observamos detenidamente la vida de Jesús podríamos decir que algo que lo
caracterizaba era su obediencia, la manera en la que sujetaba su voluntad
humana a la voluntad del Padre; y si Jesús fue llamado a hacerlo ¿Qué nos hace
pensar que nosotros no? Y es que cuando para Jesús la obediencia no era algo
negociable en su vida, ante nosotros diera la impresión de que sí lo es, y es
aquí cuando cometemos un gran error, pues nosotros fuimos creados para obedecer
a Dios (Colosenses 1:16, Eclesiastés 12:13)
Bien es
cierto que el Señor nos creó con voluntad, la capacidad de decidir si hacemos o
no hacemos algo, pero esa voluntad nos fue dada para sujetarla a la voluntad de
Dios; y vemos cómo en el Huerto del Edén lo que se nos otorgó para bien, se
terminó inclinando hacia el mal, porque cuando Dios mandó a Adán y Eva que no
comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:17), les
estaba diciendo en pocas palabras que tendrían que tomar la decisión de:
primero, confiar en Dios, en que si comían de aquel fruto morirían; y segundo,
obedecer y no comer del fruto aquel. El problema es que Adán y Eva no tomaron
la decisión correcta, pues decidieron sujetar su voluntad no a lo que Dios
dijo, sino a sus propios pensamientos y emociones.
Hoy en día
vemos cómo en nuestras vidas pasa lo mismo, pues al igual que ellos, hemos
experimentado lo que significa no sujetar nuestra voluntad a la voluntad de
Dios, pero en los siguientes devocionales pondremos nuestra mirada en Jesús,
quien nos ha venido a enseñar que aun nosotros también podemos seguir su
ejemplo y obedecer a Dios, pero con la ayuda de su Espíritu Santo. Oración.
«Padre,
enséñame a través de la vida de Jesús, cuán importante es la obediencia, y
llévame a entender cómo la puedo poner en práctica en mi vida, con la ayuda de
tu Espíritu Santo, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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