El impacto
de Su palabra
«En el
principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y
vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.»
Génesis 1:1-3
Recordando y
meditando en lo que Dios hizo en el primer capítulo de Génesis, y al explicarlo
en mi mente de manera casi que infantil como en un cuento de niños, en donde a
medida que te cuentan una historia tratas de imaginar cómo podría llegar a ser
ésto, el Señor me llevaba a observar Su creación, a pensar en lo asombroso que
tuvo que ser el escuchar a Dios decir: «Sea la luz» y de repente ver cómo ésto se
hizo una realidad, de igual manera me hizo pensar en lo restante, cuando hace
las estrellas, las grandes lumbreras, los animales, entre otros. Y pensé: ¡Wow!
Qué hermoso poder tener un niño y contarle esta historia de manera tan
asombrosa, de la misma forma en la que Dios me la está enseñando ¡cuán
impactante sería esto para un niño!; y recordé junto con ésto aquél pasaje que
dice: «Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él.» (Proverbios 22:6), pero luego me cuestioné, ¿acaso ésta enseñanza de
instruir, será solamente para aquellos que están experimentado esta faceta de
la vida? Y recordé inmediatamente a alguien, quien ya no está con nosotros y
disfruta de la presencia del Señor, y pude ver cómo aunque ella no tenía niños
a su alrededor, no dejaba de enseñar a grandes y jóvenes, a enfermos y sanos, a
presos y libres; y entendí que la función de instruir no sólo aplica para ésta
primera etapa de la vida, sino para todas, pues grandes y niños, jóvenes y
ancianos necesitamos ser impactados, al igual que toda la creación, por la
palabra de Dios.
Sólo Dios
sabe de qué manera su palabra ha impactado en nosotros, y cómo ha utilizado a
personas tan especiales para, a través de ellas, escuchar lo impactante de Su
palabra.
Hoy recuerdo
uno de los pasajes favoritos de aquella mujer, que sin cansarse enseñaba en
todo momento acerca del Señor: «Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres,
yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo
vil, serás como mi boca.» (Jeremías 15: 19a), ella sí que experimentó esta
verdad y lo que siempre nos enseñó, a los que tuvimos la oportunidad de
conocerla, es que teníamos que aprender a ser instrumentos del Señor, enseñando
a otros lo impactante y reveladora que es la palabra de Dios (Marcos 16:15).
En honor a
nuestra gran amiga, consejera, y madre espiritual Emperatriz Roa de Sánchez. Oración.
«Padre, tu
palabra no sólo ha impactado toda la creación, pues ella muestra tu gloria,
sino que también ha impactado mi vida. Quiero, al igual que lo dice tu palabra,
ser parte de esa generación que celebra tus obras, medita en tu palabra y
anuncia tus poderosos hechos. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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