Honrando a
mamá. Parte 2
“Cuando vio
Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a
su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y
desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” Juan 19:26-27
Cuán difícil
para mí ha sido entender lo importante de honrar a mamá, y debo confesarlo
porque esta enseñanza no solo va para los demás, sino aún para quien escribe el
devocional. Quizás exista alguien que al igual que yo piense: “qué duro es
honrar a quien nunca pudo cumplir su rol de mamá a cabalidad porque no estuvo
presente, ni de mente ni físicamente”. Pero este mensaje no es para quedarnos
en aquellos recuerdos de lo que algún día quisimos y no tuvimos, sino para
entender el por qué es importante para Dios que honremos no sólo a nuestro
padre, sino también a nuestra madre.
Pensando en esto
me conduje a mirar a Juan, el discípulo amado del Señor; la biblia no relata
que pasó con su madre biológica, sólo nos muestra que Jesús encomienda a María
en sus manos y el discípulo la recibe desde aquella hora en su casa, la acoge
como su mamá, y al parecer no es necesario mencionar nada más, pues con esto se
entiende que el apóstol Juan cumplió con lo que se le encomendaba; lo
interesante de esto es que su honra hacia ella no dependió de si María lo
merecía o no, de si lo había criado o no, de si había estado presente en su
niñez o no, Juan solamente se dispuso a cumplir el mandato de Dios; y éste
pasaje debe llevarnos a reflexionar, pues el honrar y amar a nuestra madre no
depende de los méritos que hayan obtenido, o de lo mucho que nos hayan
ofrecido, sino de lo que Dios nos ha enseñado, pues Él mismo se ha puesto como
ejemplo para demostrarnos que el dar amor, no es fruto de nuestro trabajo, sino
que es el resultado de la gracia que quiso depositarnos (1 Juan 4:19, Romanos
5:5b), y de la misma forma nosotros debemos dar, gracia sobre gracia, pues de
su plenitud hemos tomado (Juan 1:16).
Después de
muchos años y con la ayuda de una gran mujer que fue para mí, desde el momento
en que la conocí como mi mamá, entiendo que debo amar, honrar y respetar a mi
madre; Jesús a través de esta mujer ya me lo había enseñado, y hoy por medio de
este pasaje me lo vuelve a recordar, pues ejemplo me ha dado. Hoy le doy gracias
a Dios, por instruirme a través de esta preciosa mujer quien ya está gozando de
Su presencia, porque ella me enseñó la verdad que está revelada en las
Escrituras, y he entendido que, sin la Palabra y ayuda del Señor, yo no podría
cumplir este llamado de honrar a mamá (Juan 15:5b) Oración.
«Padre,
cuánta sabiduría hay en tus palabras, pues todo lo que encuentro en ella me
guía hacia caminos de bienestar y excelencia; gracias Señor porque cada día
compruebo que más valioso que el oro es tu enseñanza, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario