Un espíritu
superior
“En tu reino
hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días
de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de
los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre
todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos”. Daniel 5:11
\» Pero
Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él
un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino\». Daniel
6:3
“Por tanto,
nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor”. 2 corintios 3:18
Daniel fue
reconocido en el tiempo del rey Nabucodonosor y su hijo sucesor Belsasar, como
un hombre con un espíritu superior, “un hombre en el cual moraba el espíritu de
los dioses santos”. Ellos, en su paganismo, creyeron que se debía a la
influencia de sus dioses, pero lo cierto es que Daniel marcó la diferencia por
vivir en íntima comunión con el Dios verdadero, lo que hizo que el Espíritu
Santo lo guiara en todo lo que hacía, estaba lleno de luz, sabiduría y
entendimiento lo que lo distinguía de los otros consejeros del rey.
Recordemos
que Romanos 8:14 dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, éstos son hijos de Dios”. La verdad es que nuestro espíritu necesita la
guía del Espíritu Santo, porque solo la luz de Dios penetra al espíritu humano
y pone al descubierto cada intención de nuestra mente y corazón. Fuimos creados
para depender de Dios, porque nosotros somos incapaces de gobernar nuestra
propia vida.
Daniel que
estuvo cautivo en Babilonia desde joven, supo que su misión en medio de ese
imperio pagano era mantenerse alejado de la contaminación religiosa y se
propuso no consumir la comida del rey que era prohibida para su cultura judía y
mantuvo una ferviente comunión con Dios con una vida vigorosa en oración.
Así como
Daniel los creyentes de hoy debemos buscar caminar en la plenitud del Espíritu,
para encontrar sabiduría e inteligencia, para resistir las fuerzas ocultas que
siguen influenciando este mundo caído y que se intensificarán antes del regreso
del Señor Jesucristo.
Nuestro
espíritu debe ser influenciado por Dios para que sea un espíritu superior, un
espíritu recto como el rey David pidió en el salmo 51:10 “Crea en mí, oh Dios,
un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Sólo el Espíritu
Santo puede transformarnos a la imagen de Cristo, nuestro espíritu es superior
cuando tenemos la presencia de Cristo en nosotros y estamos sujetos a Él. Como
dice: 1 Corintios 6:17 “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con Él.
Nuestra
petición diaria debe ser entonces pedir un espíritu recto, fiel, uno que anhele
la presencia de Dios, un espíritu dispuesto a obedecer, que influencie nuestro
entorno y se levante por encima de cualquier circunstancia. Oración.
«Señor
Jesucristo, ayúdame a guardar mi espíritu para no exponerlo a cosas que lo
debiliten o contaminen, que ni mis actitudes, ni las heridas de mi pasado, ni
mi falta de perdón y las tentaciones de este mundo me impidan caminar en la
plenitud de tu Espíritu, sino que tu influencia sea tan poderosa en mi vida,
que marque la diferencia en mi entorno con un espíritu recto, para poder
cumplir el propósito que tienes para mí dentro de tu glorioso plan divino.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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