¿Qué
presentaré en el tribunal de Cristo?
“Pero por tu
dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día
de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada
uno conforme a sus obras”. Romanos 2:5-6
“Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que
cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo”. 2 corintios 5: 10
Dios sólo
anhela que seamos sus siervos. La pregunta es: ¿queremos ser sus siervos? Si no
estás tan seguro, hay tres motivaciones para impulsar nuestro servicio a Dios.
La primera
es que algún día tendremos que presentarnos delante de Dios y rendirle cuentas
por nuestro servicio. Esto debería motivarnos a servirle con entrega y amor. En
el tribunal de Cristo sólo se presentarán los creyentes, ahí estará nuestro
juez Jesucristo. No será un juicio sobre nuestros pecados puesto que Él ya pagó
en la cruz por ellos y fueron borrados por su sangre preciosa. Este tribunal de
Cristo será como un pódium para recibir la recompensa por nuestro servicio.
En ese
tribunal seremos juzgados por la obra de fe que hayamos llevado a cabo en
nuestras vidas y por la forma como hemos vivido nuestra vida cristiana. Nuestro
anhelo es oír al Señor decirnos estas palabras tan gratificantes cuando evalúe
nuestro servicio: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).
El segundo
motivo es el temor reverente al Señor, que nos lleva a persuadir a las personas
con el evangelio de Cristo a que reconozcan que todos somos pecadores y
necesitamos ser salvos. Por eso debemos predicar como lo hizo el Señor, para
buscar y salvar a los perdidos; y que conozcan la realidad del juicio de Dios.
El tercer
motivo es que el amor de Cristo nos constriñe, nos impulsa para predicar su
Palabra. Hizo tanto por nosotros al morir en la cruz, nos salvó, nos perdonó,
nos dio vida nueva y nos regaló la eternidad, que esto debe motivarnos a
compartir de Jesús a otros. Ahora nuestra vida debe estar dedicada a Él para
traer gloria y honra a su nombre. ¿Estamos listos para presentarnos en el
tribunal de Cristo? Oración.
«Amado
Señor, gracias por haberme salvado y haberme dado una nueva vida que anhelo
vivir para ti. No quiero llegar al cielo con las manos vacías, sino con tesoros
espirituales de mi servicio fiel en esta tierra. Soy tu siervo y predicaré tu
evangelio hasta el final, para llevar a muchos a encontrarse contigo. Espíritu
Santo, ayúdame a hacer la voluntad de Dios en esta tierra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario