Haré que te
levantes
“La mano de
Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio
de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo
en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto
secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije:
Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y
diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a
estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré
tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de
piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”.
Ezequiel 37:1-6
Esta visión
dada a Ezequiel muestra el poder vivificante de Dios que puede hacer volver a
la vida a alguien que está muerto. Es una clara alusión a la resurrección. En
este caso, es un llamado al pueblo de Israel que se encontraba exiliado y
espiritualmente muerto. Se le manda a Ezequiel a proclamar esta palabra vivificadora
para que el pueblo salga de su condición de muerte espiritual y vuelvan a
vivir, restaurando su relación con Dios.
Pero este
pasaje, también representa el poder y la gracia de Dios en la conversión,
cuando saca al pecador de la muerte espiritual a vida y coloca su Espíritu
dentro de él para restaurarlo y darle poder.
Cuando el
Señor le pregunta a Ezequiel “¿Vivirán estos huesos?” Él sólo contesta: “tú lo
sabes”, dándonos a entender que la fe deja toda posibilidad en manos de Dios,
para el cual nada es imposible. Es creer que Dios puede responder a cualquier
situación por difícil que esta sea. Nosotros sus hijos, tenemos su Palabra para
pronunciarla, proclamarla y efectuar los propósitos que Dios tiene a través de
ella. Él ha prometido vivificarnos como dice Romanos 8:11: “Y si el Espíritu de
aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de
los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en vosotros”. Dios promete una nueva vida y restauración
espiritual.
Por eso,
animémonos con esta promesa, porque Dios puede restaurar a cualquier persona
por seca o muerta que esté espiritualmente. Pidamos que Dios renueve y restaure
las vidas de las personas que conocemos y que aún no se han rendido al Señor.
La esperanza y nuestra oración es que Dios avive su Espíritu Santo dentro de
nosotros, para que seamos testigos fieles de su amor. Oración.
«Señor
Jesucristo, no permitas que la intensidad de esta vida y la rutina diaria, me
hagan decaer en mi comunión contigo y lentamente llevarme a ese estado de
sequedad espiritual. Yo sé que nunca me abandonas, aun en esos momentos
estériles y sin fruto, porque me has dado el Espíritu de vida que mora en mi
corazón, para que vuelva a levantarme, darme aliento y renueve mi unción para
amarte y servirte con todo mi ser. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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