¿Tomo en serio tu Palabra?
“Y acabó
Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; y les dijo: Aplicad
vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las
mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de
esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley
haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán,
para tomar posesión de ella”. Deuteronomio 32:45-47
“Procuremos,
pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de
desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien
todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos
que dar cuenta”. Hebreos 4:11-13
Moisés a
través de este cántico recitó las palabras de la ley de Dios una y otra vez,
con el fin de animar a su pueblo a no olvidarla y ser firmes en buscar el
rostro de Dios. La existencia de Israel dependía de la obediencia a la Palabra
de Dios, que no es vana, es vida y tenemos que recordar que el creyente vive de
toda palabra que sale de la boca de Dios, como dice Deuteronomio 8:3b “para
hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de
la boca de Jehová vivirá el hombre”.
La Palabra
de Dios no es algo trivial, sino que es cuestión de vida o muerte, porque
obedecerla trae vida eterna, pero rechazarla trae muerte espiritual. Recordemos
que Jesús es la Palabra de Dios hecha carne, como dice Juan 1:14 “Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Siempre tenemos la opción
de escoger.
Si hago la
Palabra de Dios parte vital de mi vida, debo dedicar regularmente un tiempo
para estudiar y conocer a Jesucristo a través de ella. Entonces descubriremos
toda la sabiduría de Dios para vivir conforme a lo que Él quiere. El profeta
Isaías le oyó decir a Dios que la Palabra que salía de su boca no sería nunca
ineficaz, sino que realizaría aquello para lo que Él la destinaba. (Isaías
55:11).
Así como al
pueblo de Israel, se nos hace una advertencia en el libro de Hebreos donde se
nos dice que nos esforcemos por entrar en el reposo o en la paz de Dios que
ofrece a través de Jesucristo, porque la Palabra de Dios está llena de vida y
es efectiva para escudriñar y descubrir lo más oculto de nosotros, y para
discernir nuestros pensamientos y las intenciones del corazón, porque nada está
escondido a los ojos de Dios y a Él debemos rendirle cuentas algún día y nos da
la opción de vivir para Él.
Si la
Palabra de Dios es un tema vivo para las personas de todos los tiempos, ¿qué
lugar ocupa ella en nuestro corazón? ¿Ya tomaste la decisión de aceptar a
Cristo como tu Señor y Salvador? Oración.
«Amado Dios,
gracias por tu Palabra que no es solamente un libro que se puede leer y
estudiar, sino que es tu Palabra viva que debo poner por obra, que siempre me
escudriñará y pondrá a prueba mi existencia terrenal y mi vida espiritual,
enfrentándome contigo tal como soy, porque conoces lo más secreto de mi
corazón, y tarde o temprano tengo que enfrentarme a tu mirada Señor y elegir
qué es lo mejor para mí. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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