Señor,
refléjate en mí
“y por todos
murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos”. 2 corintios 5:15
“Si vivimos
por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Gálatas 5:25
“Por tanto,
nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor”. 2 corintios 3:18
Ya que
vivimos en el Espíritu, nuestra prioridad es seguir su guía en cada aspecto de
nuestra vida. La palabra griega “stoijéo” significa “andar ordenadamente”, y la
única manera de lograrlo es andando junto al Espíritu Santo. Los que hemos
recibido la nueva vida ya no debemos vivir más para nosotros mismos, sino vivir
para Aquel que murió y resucitó por nosotros. Colocando nuestros ojos en Jesús
con una actitud de gratitud y alabanza por todo lo que hizo. Recordemos Hebreos
12:1-3: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande
nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de
Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí
mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”.
En la vida
cristiana tenemos una meta y una inspiración. Nuestra meta es la semejanza con
Cristo que debemos forjar con ayuda del Espíritu Santo. Nuestra inspiración es
que estamos inmersos en una nube invisible de testigos; que han testificado con
su vida, nos han inspirado con su fe en Jesucristo y ya son vencedores. Ahora
nos toca a nosotros, en esta generación, inspirar a otros, corriendo la carrera
espiritual tal como ellos lo hicieron, con esfuerzo, renuncia y consagración.
Cuando
andamos en el Espíritu, los problemas que roban nuestro gozo empezarán a
desvanecerse y sólo en Él encontraremos el verdadero deleite y fortaleza para
nuestra vida. Quizás nos preguntamos a menudo ¿cuándo van a cambiar las cosas?,
¿cuándo veré respuesta a mis peticiones? Dios sabe el tiempo y lo hará,
tengamos ánimo y continuemos la carrera que tenemos por delante andando en el
Espíritu. Oración.
«Señor
Jesucristo, eres digno de que viva una vida extraordinaria para ti. Enséñame a
andar en el Espíritu y así poder glorificarte con todo mi ser, espíritu, alma y
cuerpo. Aviva la llama de tu Espíritu para que sigas transformando mi vida y
reflejando tu gloria en mí y así servir de inspiración a otros, siendo testigo
de tu gracia y de tu amor. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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