QUITANDO LOS ÍDOLOS QUE IMPIDEN NUESTRO PROGRESO
“Él quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó
los símbolos de Acera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho
Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la
llamó Nehustán. En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes
de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová,
y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a
Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. Él se
rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.”, 2 Reyes 18:4-7
¿Qué frena en nuestra vida las bendiciones, el progreso
espiritual y que seamos prosperados en todo lo que hacemos? La respuesta
sencilla es el pecado. Pero muchas veces no nos damos cuenta que hay en
nosotros ídolos que debemos quitar, porque están ocupando el lugar que le
corresponde a Dios, y nos están distrayendo de la voluntad de Dios. No vemos
claramente qué debemos hacer cuando un ídolo se interpone en nuestra relación
con Dios y con los demás.
Por lo tanto, cuando se habla de “ídolos” se refiere
espiritualmente a todo aquello donde la voluntad de Dios no está presente,
donde no estemos actuando con justicia y verdad, como hijos de Dios, por
ejemplo cuando aún decimos malas palabras, o nos enojamos fácilmente, cuando
aún criticamos y especialmente en los casados, si hay conflictos en el matrimonio que no se ha solucionado; como nos
enseña la Palabra de Dios, que si no hay un trato amable, digno y sabio con la
mujer, como a coherederas de la gracia de Cristo, las oraciones pueden tener
estorbo (1 Pedro 3:7); por esta razón, debemos quitar todo aquello que estorbe
nuestra relación íntima con Dios y nos impida actuar en amor con los demás, pues
estaríamos faltando al mandamiento: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a
otros." (Juan 13:34).
Si queremos ser prosperados dondequiera que vayamos, así
como el Rey Ezequías, debemos arreglar los conflictos personales en obediencia
a su Palabra y quitar todo aquello que esté impidiendo escuchar a Dios y
ocupando el primer lugar en nuestro corazón.
¿Hay algo en tu vida que no le dé la gloria y honra a Dios,
algo de lo cual te avergüenzas y dejes ocultos? ¿Tienes un conflicto con tu
pareja o con tu prójimo el cual no has arreglado, pero sigues como si nada
hubiera pasado? Pídele a Dios sabiduría y ayuda, para que en su nombre puedas
establecer orden en todos los aspectos de tu vida. Oración.
"Padre, en el nombre de tu hijo Jesús, guíame para ver
y colocar en orden aquello que me impide ser prosperado en todos mis asuntos,
ayúdame por medio de tu Espíritu para experimentar la plenitud de tu amor en
Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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