LA GLORIA DE CRISTO TRAE UNIDAD
“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno,
así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos
en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a
ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero
que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me
has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”, Juan
17:22-24
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado
y potestad”, Colosenses 2:9-10
Muchos buscan experiencias emocionales en las iglesias
queriendo llenarse de la gloria de Dios, pero esta es más que una emoción
humana, es la revelación misma de Jesucristo en nuestra vida, fruto de una
íntima relación con Él.
En la petición que Moisés le hace al Señor en Éxodo 33:18
“te ruego que me muestres tu gloria”, Moisés quería algo más, no sólo sabía que
la presencia de Dios estaba con Él, quería conocerlo más, palpar su gloria,
quería la revelación de su bondad, su poder, su misericordia, amor y compasión.
Para nosotros es más simple porque Cristo es la gloria
personificada, Él es el cumplimiento de todo lo que Dios le mostró a Moisés. La
imagen viva de la gloria de Dios es el Hijo de Dios. Juan 1:14 “Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Tenemos al alcance la gloria de Dios en Jesús que es gracia,
misericordia, paciencia, abundante bondad y verdad. Por eso Dios quiere que
abramos nuestros ojos espirituales y que entendamos que toda la revelación de
su gloria está en su Hijo, por eso tenemos el deber de conocerla profundizando
en el conocimiento de Él.
Pablo en el libro de colosenses nos dice que al unirnos a
Cristo participamos de su gloria, de la plenitud de su naturaleza divina, somos
llenados y no nos falta nada porque en Él estamos completos. El que está lleno
del Señor está pleno. Cuando lo conocemos a través de su Palabra, se refleja
una revelación creciente de Cristo y somos cambiados de gloria en gloria,
transformados en la misma imagen de Cristo.
La entrega de Jesús fue tan completa que no se reservó ni su
propia gloria, sino que la quiso compartir con nosotros “la gloria que me
diste, yo les he dado, para que sean uno”. Esto es con el objetivo de que
tengamos una unidad perfecta no sólo con Padre, Hijo y Espíritu Santo, sino
entre nosotros como hermanos, dando a conocer a Dios al mundo a través del amor
y la unidad de su iglesia.
Su gran deseo es que lleguemos a ser uno, para ser un
poderoso testimonio del amor de Dios ¿será que estamos cumpliendo con este
requerimiento de Cristo? O cada día hay más divisiones entre nosotros. Hemos
olvidado que la visión de ganar el mundo se hará sólo con el amor que Dios nos
ha dado y que debemos reflejarlo a otros. Oración.
"Gracias amado Jesús por orar pidiendo la unidad de los
creyentes para que seamos un testimonio vivo de tu amor al mundo. Hoy pido por
la iglesia universal para que trabajemos en unidad y humildad por la conquista
de este mundo, exaltando el nombre de Cristo y compartiendo la gloria que nos
ha dado. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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