UN NUEVO CORAZÓN
“Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de
ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un
corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y
los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.”, Ezequiel 11:19-20
La palabra "corazón" en la Biblia proviene del
hebreo lêb. o lêbâb; y del griego kardía.
Se menciona en varios pasajes como el asiento de las
emociones, los pensamientos y la voluntad. La Palabra de Dios en Jeremías 17:9,
nos explica que en su estado natural el corazón del hombre es engañoso y
perverso, por eso Dios al darnos su salvación por medio de Cristo, nos da un
nuevo corazón.
Jesús también nos enseñó de esta condición del hombre, con
un diagnóstico profundo acerca de la verdadera naturaleza humana sin Dios,
explicándonos que en el corazón del hombre está el mal, por eso necesita ser
transformado (Marcos 7:21-23).
Como no entendemos nuestros propios corazones, sólo Dios
quien "conoce los secretos del corazón" (Salmo 44:21, 1 Corintios
14:25) porque nos examina en lo más íntimo para nuestra salvación (Salmos
139:23-24), nos da un nuevo corazón para que seamos capaces de entenderle y
obedecerle, "Porque con el corazón se cree para justicia" (Romanos
10:10).
Por su gracia, Dios crea un corazón nuevo dentro de nosotros
(Salmo 51:10; Ezequiel 11:19-20) y nos promete "vivificar el corazón de
los quebrantados", habitando en nuestro corazón por medio de su Santo
Espíritu (Romanos 5:5, Isaías 57:15) cuando creemos en su hijo Jesucristo.
La clave es reflexionar si tenemos a Cristo en nuestro
corazón, ¿hemos recibido a Cristo en nuestro corazón? Es el momento de hacerlo,
de tener un corazón obediente a Dios, con una mente renovada, emociones
equilibradas y voluntad alineada al propósito de Dios, un corazón que agrada a
Dios, un corazón lleno del amor de Dios, esto es, un nuevo corazón. Oración.
"Padre, por fe en Cristo, crea en mí un nuevo corazón
por medio de tu Santo Espíritu, para que mis decisiones y actos sean producto
de un corazón obediente y guiado por tu Palabra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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