APRENDAMOS A ESPERAR EN DIOS
“Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré
ante ti y esperaré.”, Salmos 5:3
Qué difícil es esperar, sobre todo en la sociedad actual,
donde podemos tener algo con un sólo click o con manipular nuestro teléfono.
¿Pero cuándo es el momento propicio para hacer algo o comprar algo? ¿No será
que muchas cosas las hacemos sin esperar el tiempo de Dios? De seguro que esto
traerá consecuencias. Habrá otras cosas que por mucho que las deseemos no las
tendremos cuando queramos. Así que tendremos que aprender a esperar, y este
principio es muy importante, hace parte del carácter que Dios quiere que
formemos, pues por no saber esperar cometemos muchos pecados. Por ejemplo, no
esperamos hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales, lo que lleva a la
fornicación y al desorden sexual, no esperamos el tiempo adecuado para un
negocio, lo que lleva a la ruina, a perder la tranquilidad ante las deudas,
queremos ya el último dispositivo inteligente, la última ropa de moda, queremos
ya y pagamos después, lloramos al final.
Dios quiere guiarnos a su verdad y enseñarnos a esperar en
su voluntad (Salmo 25:5) y darnos las cosas en el tiempo preciso, ya que en ese
tiempo exacto es cuando será una bendición para nosotros (Salmo 145:15-16). Él
sabe que antes de tiempo no estaremos preparados, y si recibimos lo que estamos
pidiendo será para nuestro mal. ¿Acaso Dios quiere hacernos algún mal? Por
supuesto que no, así que vale la pena esperar con paciencia que nuestro Dios
venga a ayudarnos y a proveernos lo que pedimos; mientras tanto esperemos sin
quejas, sin contiendas y con paciencia, fortalecidos en el poder de su
Espíritu, (Lamentaciones 3:24-26). Hermano, piensa en este momento en aquello
que le estás pidiendo a Dios y que necesitas, pídele que te dé la paciencia y
la fortaleza para esperar el momento que Él disponga, mientras tanto se
diligente en prepararte para el día en que recibirás de Dios su bendición y una
vez la recibas no te olvides de honrar y darle la gloria a Dios. Oración.
"Gracias mi Señor, estoy seguro que me darás lo que
estoy pidiendo conforme a tu voluntad, en la forma y el tiempo que tu
consideres apropiado, mientras tanto esperaré en ti con paciencia, fortalecido
en ti y con gozo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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