PLENITUD Y FELICIDAD
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay
plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. Salmos 16:11
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os
persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y
alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”, Mateo 5:11-12
Sentirnos llenos y vivir plenamente es algo que todos
deseamos. Luchamos incansablemente para hallar la felicidad. La felicidad a la
manera de Cristo se llama “Bienaventurado”. En Mateo 5:3-12, el Señor Jesús
expone aquello donde realmente el hombre encuentra la plenitud de su espíritu,
aquello que verdaderamente regocija y llena de felicidad el corazón del hombre,
y no está en alcanzar el éxito material, ni el éxito profesional, ni tampoco el
amor humano; sino en Cristo mismo. Por esto concluye en Mateo 5:11, que seremos
grandemente bendecidos si somos perseguidos por su nombre, porque tendremos una
recompensa en el cielo.
Es decir, no es la ausencia de dificultades y problemas lo
que nos hace plenos y felices, sino la presencia de Dios en nuestra vida,
porque incluso Él nos da todas las cosas en abundancia para que las
disfrutemos, sin tener la necesidad de poner nuestra confianza en las riquezas
materiales, sino en la riqueza de su gloria, de su poder, en las promesas que
Él nos ha hecho, en el Dios vivo (1 Timoteo 6:17).
Si analizamos en este momento nuestra vida, ¿cuál es la
fuente de nuestra plenitud y de nuestra felicidad?, ¿las cosas o personas que
nos acompañan, o quien las dispuso para que las disfrutáramos?, sin dudar,
debemos cambiar nuestra perspectiva y considerar a aquel que sufrió tan grande
vituperio para que tuviéramos paz y fuésemos bienaventurados. Las dificultades
presentes (pobreza, llanto, hambre, persecución, vituperio) y lo que debemos
aplicar en fe (sed de justicia; misericordia, pureza, mansedumbre,
pacificadores) serán nuestra consolación y causa de recompensa en la vida
eterna (esto es, el reino de los cielos, el consuelo, la tierra por heredad, la
saciedad, la misericordia, ver a Dios, el ser llamados hijos de Dios, y ser
herederos del reino de los cielos).
Oración.
Gracias Señor, porque en ti encuentro mi felicidad y la
plenitud para enfrentar cada día con la mejor actitud y para agradarte a ti.
Gracias porque moriste en la cruz para darme la paz y el gozo verdadero de tu
presencia ahora en mí. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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