LA GRAN BATALLA DEL SER HUMANO
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él
mana la vida”, Proverbios 4:23
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de
adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios”, 1 Pedro 3:3-4
Jesús enfatizó en el tema del corazón, porque el corazón es,
sin lugar a dudas, el punto crucial de todo propósito, es allí donde le podemos
abrir la puerta a Cristo o a Satanás.
La psicología y sus métodos más avanzados de la ciencia no
han podido liberar al hombre de sus grandes ataduras existentes; pues la fuente
del problema humano está en el corazón, en un EGO innato e insaciable. Alguien
dijo: “¡Satanás no es nuestro mayor enemigo! Los grandes adversarios que el
hombre enfrenta son los aspectos de su vida egocéntrica, no redimidos, no
sometidos y ocultos”.
El hombre se ha hundido en abismos mentales y emocionales, y
desconoce la forma de librarse, de huir o escapar de ellos. Se ha encerrado en
prisiones de la vida egocéntrica, tales como: rutinas, hábitos arraigados,
ideas fijas, vicios, complejos, ataduras, conflictos, tormentos, callejones sin
salida, pasiones desordenadas, de las cuales no puede o no sabe cómo escapar,
es tal que hasta los cristianos nacidos de nuevo luchan contra estas cosas.
Jesucristo tiene la solución a los males de la humanidad,
pues los problemas reales del hombre son espirituales. Jesús dijo: “y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Este es el
profundo anhelo de nuestro Señor Jesucristo, cuya verdad nos ha sido presentada
para hacernos libres de toda atadura. Dios no ha dejado al hombre sin
esperanza, pues le ha provisto la forma de tener nuevo corazón y espíritu
afable y apacible a través de un encuentro con Jesucristo. Cuando recibimos a
Cristo en nuestro corazón, no quiere decir que la solución sea instantánea; es
progresiva a medida que obedecemos su Palabra y esto es de grande estima
delante de Dios. Oración.
"Padre Amado, examina mi corazón, mira si hay en mí
malos hábitos, vicios, complejos, ataduras, conflictos, tormentos, caminos sin
salida, pasiones desordenadas, libérame de ellas y encamíname a sendas de
rectitud, y pon en mí un nuevo corazón y un espíritu afable y apacible, te amo
Señor, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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