LA CEGUERA DEL ORGULLO. PARTE 3
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al
altivo mira de lejos. Salmo 138:6
El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la
arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Proverbios 8:13
El orgullo está muy arraigado en el corazón del ser humano y
esto impide que muchos acepten a Jesucristo como su Salvador personal. La gente
soberbia se gloría de sí misma y creen que se bastan a sí mismos. El orgullo es
en esencia una auto adoración, que no deja ver que cualquier cosa que se
hubiera hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no hubiera
permitido realizarla.
La humildad y el orgullo son fuerzas contrapuestas, que se
refieren respectivamente al carácter de Dios y al de satanás y es por esto que
la Biblia dice que al altivo Dios lo pone en la vereda opuesta. Cuanto más
orgulloso se es, más lejos de Dios se está.
Si alguien nos dice: piensen en una persona orgullosa,
siempre vienen a nuestra mente muchos de los que nos rodean, pero jamás
pensamos en nosotros mismos, pues, no hay otro defecto más fácil de ver en los
demás, pero más difícil de verlo en nosotros mismos. Es muy fácil ver en el
hermano la paja en su ojo sin tener la capacidad de vernos la tremenda viga que
existe en el nuestro y cuando se refiere al orgullo qué difícil es reconocerlo
en nosotros.
Ahora es tiempo de examinar nuestro corazón a la luz de la
Biblia y tomar la decisión de despojarnos del orgullo y aprender humildad. La
Biblia dice: revestíos de humildad;
porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (1 Pedro 5:5
b)
En 1 Pedro 5:6 dice: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano
de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo". Estamos así apreciando
todo lo que la Escritura dice sobre la humildad, que es una virtud que Dios
tiene en cuenta y reconoce. Y en Isaías 57:15 dice: "Porque así dijo el
Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito
en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de
espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón
de los quebrantados. Oración.
Padre Dios, ruego a ti para que tu Santo Espíritu me guíe a
caminos de rectitud, humildad y santidad; continúa perfeccionando tu obra en
mí, pues quiero ser obrero aprobado delante de tus ojos. Te doy la Gloria y
elevo alabanzas a tu nombre, porque sólo tú la mereces. Te amo Señor,
amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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