PIEDRAS VIVAS
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como
casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
1 Pedro 2:5
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Juan 4:23-24
Tenemos la concepción equivocada de que a Dios se le rinde
adoración en un lugar externo, en una casa de piedra, incluso hemos llegado a
pensar que ese lugar es la iglesia. Pero no es así, lo que nos revela la
Biblia, es que cada uno de nosotros, cuando aceptamos el mensaje de Cristo en
nuestro corazón, se nos da vida juntamente con Cristo y llegamos a ser piedras
vivas; cada creyente es una piedra espiritual de la iglesia de Cristo.
Así que debemos pensar en la iglesia no como una
organización humana, sino como un cuerpo vivo conformado por miembros que tienen
el mismo Espíritu, que han recibido del Señor con el fin de servirle y
adorarle, en comunión como hermanos, pero también cada uno en nuestro interior
le adora mediante la obediencia a la verdad de su Palabra y entregando todo su
ser, espíritu, alma y cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
(Romanos 12:1).
Por esto, no vamos a un lugar a ver a Dios o a sentir la
presencia de Dios, vamos a congregarnos para ser instruidos y para tener
comunión unos con otros, presentando a Dios como ofrenda nuestra propia vida,
somos la casa espiritual de Cristo, Él habita en nosotros realmente.
No es un simple anhelo o emoción, es el gran misterio que
estuvo oculto, reservado para estos tiempos: Dios envió a Cristo, para que
habite en nosotros. (Colosenses 1:26-27). Y esto lo cambia todo, hay un
compromiso y una entrega de parte de nosotros, para vivir en completa santidad
ya que somos el edificio espiritual de Cristo (1 Corintios 3:9). Oración.
Señor, abre mi entendimiento, para comprender lo que soy en
Cristo, y vivir mi vida en santidad y adorándote con mi espíritu en comunión
con tu Espíritu, mediante la verdad de tu Palabra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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