LA MUJER SUNAMITA! UNA MUJER DE FE.
La Palabra de Dios nos dice que sin fe es imposible agradar a
Dios (Hebreos 11:6)
Yo quiero ser un Hijo de Dios de Fe, todos los días de mi
vida. Al leer la vida de La Mujer Sunamita, aprendemos el principio de CUIDAR CADA
PALABRA QUE SALE DE NUESTROS LABIOS!
Aprendemos que debemos decir en medio de la adversidad.
2 Reyes 4:8-37
1. Ella era una mujer importante. A pesar de que tenía
libertad financiera sabía que la bendición venia de parte de Dios. Por eso
siempre busco tener un contacto con el profeta Eliseo. Ella vio cuán importante
era tener al profeta a cada una de sus enseñanzas cerca de ella y de su
familia. Fue tan importante para esta mujer que le hizo una habitación donde
vivía, para poder hablar con él, y escuchar todo lo que Dios le hablaba.
Ella le dijo a su
marido: He aquí ahora yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa,
es varón santo de Dios. Yo te pido que hagamos un pequeño aposento y cuando el
viniere a nosotros se quede en él. (2 Reyes 4:9-10)
2. Ella obtuvo respuesta a su oración, por ser cercana al
Profeta de Dios y seguir sus enseñanzas obtuvo respuesta a su petición que ya
había olvidado. Esta mujer ya había perdido la esperanza, había aceptado el ser
una mujer sin fruto. Y ahí cuando ya no había casi esperanza, viene la oración
de Eliseo. El anhelo más grande de su corazón, dar fruto… Dios respondió a esa
oración, y al año siguiente ella tenía un hijo en sus brazos. (2 Reyes 4:17)
3. Ella enfrento la adversidad de la manera correcta. Su hijo
un día tuvo un dolor de cabeza muy fuerte, el busco a su Padre y este lo envió
a donde su madre. En ese momento esta mujer se da cuenta de la gravedad de este
dolor. Y fue diligente en buscar al profeta. Ella no espero a ver qué pasaba
con su hijo, fue pronta en buscar oración, en ir al monte de Dios. A pesar de
que su esposo la quería detener.
Él le dijo: Para que vas a verle hoy? No es nueva luna, ni
día de reposo. (2 Reyes 4:23)
4. Ella cuido cada palabra que salió de sus labios. En medio
de su aflicción, su único hijo, por el cual había orado tanto tiempo, el tesoro
de su corazón, estaba en peligro de muerte, el dolor, la preocupación en su corazón era muy grande.
Cuando su esposo le pregunta, para que vas a ir a ver al profeta hoy? Cual fue
la respuesta de ella? … su única palabra fue PAZ. Ella podría haberle dicho, pero es que no te
importa tu hijo? muchas palabras negativas por la presión del momento. Mas esta
mujer sunamita guardo cada palabra que salió de sus labios así que solo dijo PAZ.
Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado
Giezi: He aquí la sunamita. Ve corriendo a recibirla y pregúntale: Te va bien a
ti? Le va bien a tu marido y a tu hijo? Y ella dijo: BIEN. Ella podría contarle
a Giezi todo lo enfermo que estaba su hijo, pero ella evito y lo único que dijo
fue ESTAN BIEN! (2 Reyes 4:25-26)
5. Ella supo ir a la fuente correcta para ser motivada. Ella
evito decir, confesar el problema que estaba viviendo a sus conocidos. Tomo la
decisión de buscar en Dios una respuesta a su necesidad.
Dijo la madre del niño: vive Jehová y vive tu alma que no te
dejare. (2 Reyes 4:30) Ella le dijo lo
mismo que Eliseo le dijo a su maestro Elías
vive Jehová y vive tu alma que no te dejare.
Ella estuvo dispuesta a luchar por una respuesta. Se aferró
de Dios de tal manera que sabía que obtendría el milagro. En su corazón estaba
la fe que ella necesitaba para ver este milagro una realidad.
Así como esta mujer, cuidemos nuestras palabras en medio de
situaciones difíciles. Seamos diligentes en buscar de Dios, y aferrémonos de su
mano de tal manera que no la soltemos hasta ver respuesta a nuestra oración!
Dios es un Dios de milagros! Él puede responder a tu más grande necesidad hoy!
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