1 Samuel 8 Israel pide Rey
1 Cuando Samuel entró en años, puso a sus hijos como gobernadores
de Israel, 2 con sede en Berseba. El hijo mayor se llamaba Joel, y el segundo,
Abías. 3 Pero ninguno de los dos siguió el ejemplo de su padre, sino que ambos
se dejaron guiar por la avaricia, aceptando sobornos y pervirtiendo la
justicia.
En este capítulo de la biblia claramente vemos como la
corrupción hace que nos equivoquemos en la elección de la forma de gobierno.
Como había corrupción en los actuales gobernantes, el pueblo pidió un Rey sobre
ellos. ¿No ocurre eso en la actualidad?, ¿No ha ocurrido así a lo largo de la
historia? Pensamos que la corrupción de unos pocos amerita el cambio del
sistema de gobierno. La hermosa teocracia de Israel fue entonces cambiada por
una monarquía humana con sus correspondientes consecuencias. ¿No era suficiente
con denunciar la corrupción de aquellos sacerdotes?, ¿Por qué cambiar la soberanía
de Dios y la organización de estado que Él instituyó a través de Moisés? El
pueblo escogido, especial y diferente cometió el error de generalizar. La
generalización es el mayor y más frecuente error de la humanidad y allí también
hay vanidad y maldad. El pueblo se aburrió del reinado de Dios, basado en
justicia y santidad, y buscaba un rey visible y humano con quien hablar en
términos humanos. ¿No hacemos nosotros eso también?, En vez de orar preferimos
las soluciones humanas, en vez de presentarnos ante Dios y Su justicia,
preferimos los razonamientos humanos. Cuando escoges a tu pastor, cuando
escoges a tu cónyuge, cuando escoges al amigo, cuando escoges al psicólogo en
vez de a Dios, lo pasas a un segundo plano. No significa eso que el pastor, el
cónyuge, el amigo o el psicólogo no deban cumplir su rol, significa que Dios es
quien marca el patrón de comportamiento y decisiones y sus instrumentos pueden
ser ellos, pero es tu responsabilidad discernir a Dios por sobre todas las cosas.
Allí también hay vanidad y maldad: El pueblo de Israel en su apostasía demandaban
un Rey que fuese quien los quieran en las batallas. Como tenían las naciones enemigas.
Desecharon a Dios y sus mandamientos.
"Ésta es la causa de la condenación: que la luz vino al
mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos
eran perversos. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a
ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que
practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho
sus obras en obediencia a Dios." - Juan 3:19-21
Por lo tanto no escojamos lo visible sino lo invisible, no
escojamos actuar por vista sino por fe, y no cualquier fe, sino la que viene
del Espíritu Santo y La Palabra de Dios, así nos acercamos a la luz y dejamos
que ella guíe nuestro camino, así le damos sabor a la vida y significado y con
este conocimiento salgamos al mundo con propósito sabiendo lo que somos:
"»Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se
vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que
la gente la deseche y la pisotee. »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en
lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para
cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre
a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para
que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en
el cielo." - Mateo 5:13-16
Oración
Amado Padre, hoy reconocemos que muchas veces en vez de
refugiarnos en Ti escogimos lo humano o lo mundano, perdónanos por cometer el
error de generalizar y cambiar Tu verdad, por la mentira y disfrazarla.
Decidimos seguirte a Ti y no a los hombres, decidimos obedecer Tus
mandamientos, apropiarnos de Tus promesas y creer Tus verdades. Hoy te
nombramos con humildad el Rey de nuestro corazón y de nuestra vida y decidimos
apartar de nuestra alma cualquier cosa que nos aleje de Tu santo reinado sobre
nosotros, que venga Tu reino a nuestras vidas, así como reinas en el cielo, en
el nombre de Jesús, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario