Hebreos 2:1-4. EL DESVÍO ES INFINITAMENTE PELIGROSO
El desvío es infinitamente peligroso. ¡Oh, si pudiera
despertarles para que estuvieran alegremente vigilantes, al vivir la vida
cristiana, al mirar a Jesús, y al considerar a Jesús, y al escuchar a Jesús! Su
yugo es fácil y su carga es ligera, tan fácil como escuchar, y tan ligera como
mirar. Pero si descuidamos esta salvación tan grande, y nos deslizamos hacia el
amor por otras cosas, entonces no escaparemos. Pereceremos. La marca
característica del verdadero hijo de Dios es que no se desvía mucho tiempo. Si
usted está desviado en esta mañana, una de las características de esperanza, de
que ha nacido de nuevo, es que siente remordimientos a causa de lo que hemos
hablado, siente un deseo cada vez más fuerte en su corazón de volver sus ojos
hacia Jesús, y considerarle, y escucharle en los días y meses y años que
vienen. Y una de las señales de que no ha nacido de nuevo es que escucha lo que
digo y no siente deseos de cuidarse del desvío.
El argumento en el versículo 2 sobre por qué no escaparemos
si nos desviamos y descuidamos nuestra gran salvación es que: "la palabra
hablada por medio de ángeles resultó ser inmutable, y toda transgresión y
desobediencia recibió una justa retribución". En otras palabras, en el
Antiguo Testamento, Dios no había hablado todavía directamente mediante su Hijo
en la Tierra. Habló mediante intermediarios y mensajeros. Hebreos dice que los
ángeles estuvieron involucrados en la revelación de la Palabra de Dios. Sin
embargo, la firmeza de esta Palabra mediada era tan grande que todo descuido y
rechazo fue castigable con una justa retribución.
Ahora llegó alguien mucho mayor. Dios no nos habló mediante
ángeles, sino directamente, sin mediador, a través del Hijo. Dios mismo se
levantó desde el cielo en Jesús y habló una gran salvación con sus labios y su
vida y su muerte. Ahora, dice este escritor, si descuidamos esta gran Palabra,
somos mucho más culpables que el pueblo del Antiguo Testamento que desobedeció
la Palabra de Dios dada mediante ángeles, y por tanto no escaparemos.
Así, como siempre ocurre en la Biblia, y en este libro, Dios
nos da, por su gracia, incentivos positivos y negativos para que aceptemos
nuestra gran salvación y para que escuchemos al gran Salvador. Negativamente,
dice que pereceremos si nos desviamos de la Palabra de Dios y descuidamos
nuestra gran salvación. Positivamente, dice que esta Palabra es tal que, ¿cómo
pudiera haber alguien que no quisiera escucharla y meditar en ella y vivir en
esta Palabra: Jesús, el Creador de todas las cosas, el que sostiene todas las
cosas desde la diestra de la majestad, y el purificador de todos nuestros
pecados? ¿Cómo pudiera usted no querer prestar atención a esta Palabra y
considerarle y poner sus ojos sobre él?
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