Esdras 9: Oración de confesión de Esdras por el pecado del
pueblo
Si la oración de Josafat era una oración modelo, aquí tenemos
un modelo de una oración de confesión.
Primeramente, los príncipes se acercan a Esdras reconociendo que ellos y
el pueblo no han obedecido el mandato de Dios que les prohibía mezclarse con
los pueblos que les rodeaban y que habían participado de sus pecados. Segundo, Esdras se humilla delante de Jehová
“Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y
de mi barba, y me senté angustiado en extremo.”
Este acto, que no acostumbramos hoy en día, solo era una muestra
exterior de la angustia que Esdras sentía por lo que claramente estaba en
contra de las enseñanzas de Dios.
Tercero, gente que pensaban como él, “Y se me juntaron todos los que
temían las palabras del Dios de Israel”, se juntan reconociendo que se han
apartado de las enseñanzas de las Escrituras.
Cuarto, en la oración reconocen lo que han hecho y sus consecuencias,
“Henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu
presencia a causa de esto.” Por último,
como resultado de la oración, deciden no continuar pecando y remediar la
situación para vivir conforme a lo que las Escrituras enseñaban. Es interesante observar que en la oración no
se usa en ningún sitio la frase de que “perdones nuestros pecados” sino que lo
que se hace es actuar en la dirección de remover la condición de pecado del
medio del pueblo. En otras palabras, una
cosa es pedirle perdón a Dios por haber robado, pero esto no haría sentido si
inmediatamente después, yo no voy y devuelvo lo robado. Aunque en la oración de Esdras las palabras
de pedir perdón no se encuentran, las subsiguientes acciones muestran que la
confesión había sido sincera y que enmendarían lo que habían hecho mal.
La otra cosa que hace Esdras en su oración es reconocer que
aunque el pueblo había pecado, Dios era fiel y en su misericordia, un remanente
se había salvado, “Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte
de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para
darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros
ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre”. Aunque su pueblo no le sea fiel a Dios, Dios
siempre es fiel a su pueblo. Cuando nos
apartamos, él siempre está buscando darnos oportunidades para que nos
reconciliemos.
Pienso que lo más difícil de cuando confesamos nuestros
pecados y pedimos perdón es la parte de tratar de remediar el mal que hemos
hecho. Ahí es donde perdemos
credibilidad como pueblo cristiano, porque es más fácil orar que actuar. Es cierto que no siempre se puede remediar
pero también es cierto que la mayoría de las veces ni lo intentamos. En esto, hay que reclamar mucha sabiduría de
Dios, porque en ocasiones puede ser que la remediación sea peor que el daño que
hemos causado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario