ES DE ARMIRACION LA FE DE ESTOS TRES MUCHACHOS HEBREOS.Daniel
3.13. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac,
Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey.
14. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac
y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro
que he levantado?
15. Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de
la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y
de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho?
Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno
de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
16. Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey
Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
17. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del
horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
18. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses,
ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
19. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el
aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se
calentase siete veces más de lo acostumbrado.
20. Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército,
que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego
ardiendo.
21. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus
calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de
fuego ardiendo.
22. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían
calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac,
Mesac y Abed-nego.
23. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron
atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó
apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados
dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
25. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se
pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es
semejante a hijo de los dioses.
26. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de
fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo,
salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del
fuego.
27. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los
capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego
no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus
cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de
fuego tenían.
28. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de
ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos
que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus
cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.
29. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua
que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea
descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que
pueda librar como éste.
30. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego
en la provincia de Babilonia.
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