Salta por la borda por el Señor Jesús
“ENTONCES DIJO A PEDRO: ¡ES EL SEÑOR!… Y SE TIRÓ AL MAR”
(Juan 21:7)
Después de que los discípulos de Jesús pasaron la noche
pescando sin recoger nada, éste les dijo: “Echad la red a la derecha de la
barca” (Juan 21:6) y entonces sacaron 153 peces. Así es como funciona; una
palabra Suya y todo cambia para bien.
Luego leemos: “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba
dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se tiró
al mar [y fue hacia Jesús]” (Juan 21:7). Démonos cuenta de que Pedro tuvo que
decidir entre dejar sus peces e ir a Jesús o quedarse en el barco y disfrutar
del fruto de su arduo trabajo. Todos nos enfrentamos a esa misma prueba cuando
cumplimos las metas que nos hemos propuesto en la vida, cuando nuestras redes
están llenas y por fin “lo hemos conseguido”. El dilema es: ¿nos quedamos a
guardar nuestras bendiciones o saltamos por la borda por el Señor y nos
comprometemos con Él totalmente?
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Salta De Tu Barca para Encontrarte Con Jesús
Pablo habla brevemente de sus éxitos en la vida: “Yo tengo
también de qué confiar en la carne” de la tribu de Benjamín en cuanto a la Ley,
fariseo en cuanto a la justicia que se basa en la Ley, irreprochable.(Filipenses
3:4-6). Si tenemos en cuenta su historial, Pablo era “Alguien de Peso”. Pero
escucha lo que añade: “cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado
como pérdida todo lo tengo por basura para ganar a Cristo”. (Filipenses 3:8).
Pablo entendió que su verdadera identidad no radicaba en sus logros sino en su
relación con Jesús. ¿Te sientes tú así? En aquella noche, daba la impresión de
que Pedro estaba perdiéndolo todo, sin embargo cuando llegó a la orilla se
encontró con que Jesús estaba ocupado, ¡asando pescado! Todo lo que necesitas,
Dios lo tiene. Todo lo que dejas, Él lo pagará con creces. Todo aquello que
estás dispuesto a dejar atrás determina, en última instancia, aquello que el
Señor te puede confiar. A menudo me dicen lo difícil que es dar testimonio en
el centro laboral. Mi respuesta es que por lo general es más difícil dar
testimonio en condiciones ideales que en una situación más difícil. Se debe a
que en las situaciones difíciles la realidad de una vida transformada es más
patente, y eso no puede menos que impresionar a quienes no la han
experimentado. Cobrar valor
Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con
mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
Filipenses 1:14
El versículo de hoy sugiere que, antes del encarcelamiento
de Pablo, a la iglesia en Roma le faltaba valor. Cuando los creyentes vieron
que Dios proveyó para Pablo y lo capacitó para que tuviera una oportunidad
fabulosa de evangelización, ellos también comenzaron a proclamar el evangelio.
Comprendieron que, como Dios podía ministrar por medio de Pablo en su
circunstancia difícil, también podía ministrar por medio de ellos. Cuando la
fortaleza de Pablo llegó a ser la de ellos, los pastores en Roma comenzaron a
"hablar la palabra sin temor" (v. 14).
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