Hechos 24:25-35
Además, escribió una carta en estos términos: Claudio
Lisias, a su excelencia el gobernador Félix: Saludos. Los judíos prendieron a
este hombre y estaban a punto de matarlo, pero yo llegué con mis soldados y lo
rescaté, porque me había enterado de que es ciudadano romano. Yo quería saber
de qué lo acusaban así que lo llevé al Consejo judío. Descubrí que lo de
algunas cuestiones de su ley, pero no había contra él cargo alguno que
mereciera la muerte o la cárcel. Cuando me informaron que se tramaba de una conspiración
contra este hombre, decidí enviarlo a usted en seguida. También les ordené a
sus acusadores que expongan delante de usted los cargos que tengan contra él.
Así que los soldados, según se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo
llevaron de noche hasta Antípatris. Al día siguiente dejaron que la caballería
siguiera con él mientras ellos volvían al cuartel. Cuando la caballería llegó a
Cesarea, le entregaron la carta al gobernador y le presentaron también a Pablo.
Félix leyó la carta y le preguntó de qué provincia era. Al enterarse de que
Pablo era de Cilicia, le dijo: te daré audiencia cuando lleguen tus acusadores.
Y ordenó que lo dejaran bajo custodia en el palacio de Herodes.
El comandante representa nuestra naturaleza carnal. Así
crecimos en este mundo. Nos enseñaron a quedar bien con nuestros superiores.
Podían llamarse maestros o jefes en el trabajo. También, muchas personas
consideran que las mentiras pueden ser “blancas”. Éstas son consideradas
válidas dependiendo la circunstancia y normalmente son de poco impacto. Incluso
pueden percibirse como aquellas que buscan un “bien”. Claudio, el comandante,
quería quedar bien con su superior. Utiliza información real y le añade algunas
mentiras para brillar ante Félix. Además, él piensa que le está salvando la
vida a Pablo mientras que Dios es quien está orquestando absolutamente todo.
Ahora, seamos honestos. ¡Qué difícil es comprender que nuestro Señor tiene el
control de todo! Lo escuchamos muchas veces pero cuando llegan los problemas,
las injusticias o incluso la incertidumbre se nos olvida rápidamente. Por otro
lado, queremos seguir viviendo una doble vida. La carnal y la espiritual.
Pensamos que debemos comportarnos de una manera con la familia, de otra en el
trabajo y otra más en la iglesia. ¿Es posible esto? ¡Por supuesto que no! Desde
esta perspectiva, las acciones de Claudio no suenan tan extrañas a las
nuestras. Tal vez iba todos los domingos a algún tipo de evento religioso. Tal
vez él creía que era una buena persona. Tal vez consideraba que no era tan
malo. Probablemente por estas razones, considera normal el mentir “un poco”
para utilizarlo a su favor.
¿Puedes ver la conexión que hay con nosotros? Tal vez
mientras leías la carta que escribió pensabas en lo hipócrita y ventajoso que
estaba siendo. La realidad es que nosotros muchas veces actuamos igual. ¡Esto
es lo que debemos dejar que Dios cambie en nuestras vidas! No podemos seguir
teniendo distintas caras. No podemos comportarnos de tantas formas dependiendo
del lugar y las personas. Debemos ser congruentes. Debemos cuidar nuestro
testimonio y sobre todo, debemos ser obedientes. Analiza tu vida y deja que
Dios abra tus ojos a la luz de su palabra.
Oración
Señor: perdona mis pecados y mi soberbia. Te pido que viva
de acuerdo a tu palabra y sea testimonio de Ti. No quiero tener muchas caras
sino una sola en todo momento y que sea un reflejo de Jesús. Te lo pido mi Dios
en el nombre de Jesús. Amén
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