1 Pedro 3:7
De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su
vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es
más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada
estorbará las oraciones de ustedes.
En otra traducción dice: den honor a la mujer como a vaso
más frágil. Si pones atención al versículo 7, nos dice que la mujer es más
delicada que los hombres, nos pide que le demos honor y cuidado como a vaso más
frágil. No dice que sea inferior. No dice que sea menos capaz. No dice que no
pueda ir a trabajar como un hombre. No. Solamente dice que tienen una cualidad
distinta a los hombres: son delicadas. Debemos entender que no somos iguales.
Debemos entender que Dios nos ha dado capacidades distintas para realizar roles
distintos. Pensar que somos iguales es desechar esa unicidad con la que el
Señor nos creó. El día de ayer vi un programa que analizaba las fortalezas del
cerebro entre hombres y mujeres. Las mujeres tenían mejor memoria para las
caras y nombres que los hombres así como seguir instrucciones. Por el otro
lado, los A penas estamos descubriendo científicamente las diferencias que
tenemos unos de otros mientras que Dios nos lo dijo hace miles de años.
Hombres: no podemos tratar a nuestras mujeres como si fueran amigos varones.
Por más que sean nuestra “mejor amiga y confidente”. Debemos aprender a
tratarlas delicadamente. Mujeres: recuerden a sus maridos lo que nos
corresponde. Nosotros no tenemos tan buena memoria como ustedes. Varones:
aprendamos a ver a nuestras esposas como al vaso más frágil que debemos cuidar
y guiar en el Señor. Efesios 5:25 y 28 nos dice que debemos amar a las mujeres
como Cristo amó a la iglesia y como a nuestros propios cuerpos. ¿Cómo amó
Cristo a la iglesia? ¿Cómo amas tu propio cuerpo? Cristo entregó su vida por la
iglesia. La amó sin importar lo que hiciera y sin pedir nada a cambio. La amó
con el amor más grande que existe: el amor agape (en griego). Un amor
incondicional. Un amor que no busca lo suyo. Un amor perfecto. ¡Ese amor pide
Dios que tengamos hacia nuestra pareja! Así como piensas en tu cuerpo, en tus
necesidades, en tus deseos y en tus satisfacciones, así también debes pensar en
tener cuidado de tu mujer. Piensa en ella. En sus deseos. En sus
satisfacciones. Piensa en cómo amarla sin restricción. Mujeres:
Tristemente, en lugar de escuchar a Dios, escuchamos la
publicidad de artículos que nos venden y las costumbres que hay allá afuera.
Pensamos que debemos tener un coche último modelo para impresionar a la mujer.
Incluso hay dichos que dicen que es mejor ser rico que guapo para conquistar a
una mujer. Toda esa sabiduría “coloquial” no te llevará a escoger sabiamente a
tu pareja y mucho menos a tener un matrimonio exitoso. La biblia no te dice que
como hombre debes ser rico en dinero para proteger a tu mujer. Te dice que seas
rico en amor y entrega para con ella. Te dice que debes tratarla como lo más
preciado y frágil. Te dice que la ames sin estar esperando que haga o deje de
hacer. ¡Qué fácil nos ponemos a exigir! ¡Qué fácil nos olvidamos de entregar
nuestro todo por ustedes! Varones. La mujer es más delicada y frágil que
nosotros. Seamos amorosos. Seamos cuidadosos de ellas. Busquemos su bien siendo
buenos líderes así como Cristo es líder de la iglesia. Facilitemos el que se
sujeten a nosotros teniendo un cuidado único y especial. Finalmente, como
parejas, busquemos dar testimonio a los demás a través de nuestros matrimonios.
Que la gente pueda ver que un matrimonio en Cristo es distinto. Que la gente
pueda ver que tu matrimonio ha durado y florece por seguir los principios de
Dios y tienen mucho en común. Nuestra base es Dios. Nuestro objetivo es darle
gloria y entregarle nuestras vidas tanto en lo personal como en pareja. Ambos
somos herederos de la vida eterna. Sigamos los principios que el Señor nos ha
establecido y veamos cómo hace milagros en nuestras relaciones. Mujeres, no
duden y cumplan con su parte. Hombres, dejen a un lado el orgullo y amen a sus
mujeres incondicionalmente. Si tu relación está mal, te animo a que sigas estos
principios. No importa que tu pareja no los siga. Tú síguelos fielmente y
confía en Él. Deja que el Señor haga milagros en tu vida personal y en tu vida
en pareja.
Oración
Señor: el mundo confunde. Tienen ideas y conceptos equivocados
y hoy entiendo que están en contra de tu voluntad. Te pido que me llenes de Ti,
de tu amor, de tu misericordia. Ayúdame a guardar tus conceptos y desechar
aquellos que no son conforme a tu voluntad. Padre: restaura aquellos matrimonios
que están destrozados. Renueva sus corazones y permite que vean los milagros
que puedes hacer y la manera en que puedes dar vida a lo que parece estar
muerto. Te pido que seas la base de cada matrimonio y que nunca se separen de
Ti. En Cristo Jesús. Amén
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