1 CORINTIOS 2.6-16
Después de hablar sobre la pequeñez del pensamiento humano
en 1 Corintios 1, el apóstol Pablo les presenta a los cristianos la esfera más
alta de la sabiduría divina. Esta clase de conocimiento y comprensión no están
al alcance de la inteligencia y el razonamiento humanos; vienen estrictamente
por medio de la revelación divina. Sólo aquellos donde mora el Espíritu de
Dios, tienen "la mente del Señor" (v. 16) y acceso a "lo que
Dios [les] ha concedido" (v. 12).
Sin este discernimiento sobrenatural, nadie puede conocer
con exactitud al Señor o sus caminos. Muchas personas dicen que creen en Dios,
pero no puede tener una comprensión correcta de Él porque su percepción está
basada en sus propios pensamientos e ideas. Es más fácil hacerse un dios que se
ajuste a sus preferencias, que cambiar para cumplir con las demandas del único
Dios verdadero.
Incluso los cristianos debemos estar en guardia contra el
intento de adaptar a Dios a la imagen preconcebida que tenemos de Él. La Biblia
es la única fuente confiable de revelación divina, pero debemos tener la
precaución de considerar a la Palabra en su conjunto; es fundamental que no
seamos selectivos en cuanto a los versículos que queremos creer. Por ejemplo,
al centrarnos solamente en los pasajes que enfatizan la misericordia del Señor,
y excluir a los que hablan de su santidad y justicia, malinterpretamos su
verdadera naturaleza.
Busquemos conocer al Señor de verdad, considerando todo lo
que dice la Biblia. La sabiduría divina es accesible a todo creyente por medio
del Espíritu Santo. Nunca tratemos de limitarlo para acomodarlo a nuestras
preferencias. Más bien, que Él ensanche nuestras mentes para abrazar sus
pensamientos. Busquemos conocer al Señor de verdad, considerando todo lo que
dice la Biblia.
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