Toda gracia. Parte 1
“Y poderoso
es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo
siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra “,
2 Corintios 9:8.
Necesitamos
“toda gracia” para vivir la vida cristiana en victoria, no hay otra forma de
vivirla, pues la gracia es el estado natural de todo cristiano, es la posición
actual de todo aquel que ha recibido a Jesús por medio de la fe. Esto lo
podemos estudiar en contexto en el capítulo 6 de Romanos, donde concluye luego
de una detallada revelación: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros;
pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).
Esto es un
asunto clave, el pecado es lo que nos mantiene en oscuridad, pues no permite
que disfrutemos de todas las bendiciones y detiene el propósito de Dios en
nuestra vida, si la gracia de Dios nos lleva a que el pecado no nos mantenga en
esclavitud, debemos mantenernos en ella.
Necesitamos
toda gracia hacia nuestros hijos, nuestro cónyuge, en nuestro trabajo, con
nuestros compañeros. Toda gracia es necesaria para tener siempre, en todas las
cosas, todo lo suficiente y así poder compartir esa abundancia con todos. Estar
preparados para toda buena obra, dando abundantemente de lo que recibimos de
Dios, es la manera de dar gloria a un Padre generoso que está dispuesto a
dotarnos con todo lo necesario para mostrar su amor, provisión, sanidad y vida
abundante en medio de la oscuridad del mundo actual (2 Corintios 4:15).
¿En qué áreas
de tu vida observas dificultad o deficiencia? Necesitas entonces pedir a Dios
‘toda gracia’. Oración.
«Padre, ya
tengo toda bendición en Cristo Jesús, permíteme experimentar por su Espíritu
toda gracia, para llenar toda deficiencia en mi vida y poder hacer las buenas
obras que tú has preparado para mí de antemano. En Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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