El Amor en
acción es el resultado de una relación
“Yo soy la
vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5
Cuando
miramos la vida y el ministerio del Señor Jesús, nos podemos dar cuenta de la
importancia de cultivar nuestra relación con Dios. Jesús desde niño muestra su
interés por aprender las Sagradas Escrituras y estar ocupado de los asuntos de
su Padre Dios, además de estar sujeto en obediencia a sus padres terrenales
(Lucas 2:42-51).
En su edad
adulta, los evangelios nos muestran que Jesús tuvo una vida y ministerio
basados en una estrecha relación con su Padre Celestial, donde el Espíritu
Santo, la Palabra y la oración, formaban parte primordial de su intimidad con
Dios (Lucas 3:21-22; 4:14-19; 22:39-41). El resultado de esta relación en la
vida de Jesús es evidente, una vida llena de actos de amor: amor por el prójimo
(Juan 4:4-42), amor por los pecadores (Juan 8:3-11), amor por los rechazados
(Lucas 17:11-19), amor por los desesperados (Lucas 8:43-48), amor por los
desvalidos (Juan 5:1-9), amor por los enfermos (Juan 9:1-12), amor por los condenados
(Lucas 23:39-43), amor por los niños (Mateo 19:14), amor por sus familiares y
amigos (Juan 19:25-27) y en general amor por una humanidad perdida (Romanos
5:8), pero sobre todo, amor por Dios (Mateo 26:42).
Siguiendo el
ejemplo de Jesús, nosotros también deberíamos cultivar y buscar una relación
con Dios por medio del Espíritu Santo, apoyándonos en las Escrituras y la
Oración, pues como dice Jesús en su Palabra “separados de mí nada podéis
hacer”.
Si queremos
llevar mucho fruto, debemos de permanecer en Cristo, lo cual implica tener una
relación de amor con Él, y así podremos también tener una relación de amor con
el Padre; si somos intencionales en cultivar esta relación, en respuesta al
amor de Dios, entonces estemos seguros que ese fruto que se nos menciona en
Juan 15:5 se producirá en abundancia, pues al igual que Jesús podremos tener
vidas que lleven el Amor a la Acción. Oración.
«Amado
Señor, ayúdame a buscar una relación personal de amor contigo que me conduzca
al Padre, enséñame por medio de tu Santo Espíritu a cultivar en respuesta a tu
amor una relación con Dios, pues mi deseo es poder llevar un fruto abundante de
amor, para que al igual que en tu vida, el amor de Dios sea puesto en acción:
buscando a los perdidos, orando por los enfermos, visitando a los privados de
libertad, compartiendo las buenas nuevas a amigos y conocidos pero también a
aquellos que permitas se crucen en mi camino, para así glorificar al Padre
siendo un instrumento de amor llevando muchas personas a ti, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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