El Amor de
Dios trae Propósito. Parte 1
“Yo te he
glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora
pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.” Juan 17:4-5
“Por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:9-11
Si queremos
tener vidas con propósito debemos mirar a Jesús, pues Él, el autor de la vida y
por quien todo fue creado, es quien nos puede indicar cómo hacerlo (Colosenses
1:16). Jesús antes de ir a la cruz y sabiendo que su hora había llegado, en
medio de una oración al Padre declara: “Yo te he glorificado en la tierra; he
acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4), precisamente en esta
oración encontramos la clave que le permitió al Señor vivir una vida con
propósito: Glorificar a su Padre, cumpliendo con lo que Él le había
encomendado.
Nosotros
podemos tomar el mismo ejemplo de Jesús y vivir para la Gloria de Dios, ¿Cómo
hacerlo? Siguiendo la recomendación dada en Colosenses 3:17 “Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Saber que somos creados para la
gloria de Dios (Isaías 43:7) nos permitirá tener vidas significativas; pero es
necesario que también hagamos lo que hizo Jesús, acabar la obra que le había dado
su Padre, esto implica, poner el amor en acción al igual que el Señor.
Al final de
la oración citada en el evangelio de Juan 17:26, Jesús dice: “Y les he dado a
conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has
amado, esté en ellos, y yo en ellos”, para que sepamos que el amor de Dios está
en nosotros y nos impulsa a obedecer para cumplir con lo que el Padre nos pide.
Por su amor
y obediencia Jesucristo fue exaltado por Dios, dándole un nombre superior a
todos, en el cual hay salvación, por eso compartamos de Jesús, para que toda
lengua confiese que Él es el Señor para Gloria de Dios Padre. Oración.
«Señor, por
tu Santo Espíritu ayúdame a vivir una vida para la Gloria de Dios, que tu amor
me impulse a llevar a cabo tu voluntad, y siga tu ejemplo, poniendo tu amor en
acción, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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