Celebrando el Amor del Padre. Parte 2
“Mirad cuál
amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el
mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de
Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y
todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él
es puro.” 1 Juan 3:1-3
Como no
estar de celebración, si gracias a nuestro Salvador y por medio de su Espíritu,
hemos podido conocer y experimentar el Amor del Padre, es maravilloso saber con
cuánto amor nos ha amado el Padre para ser llamados hijos de Dios (1Juan
3:1-2), lo cual debe traer a nosotros esperanza y la certeza de que seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y esta esperanza en él, debe
llevarnos a pedir la ayuda del Espíritu Santo para ser purificados, así como él
es puro. (1Juan 3:2-3). Hermanos, podemos pedir diariamente al Padre ser puros
como Él, siguiendo la guía de la oración mostrada por Jesús en el evangelio de
Mateo:
Primero,
exaltando al Padre por sus atributos, como el Señor nos enseñó: “Padre nuestro
que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mateo 6:9).
Segundo,
buscando hacer su voluntad, clamando como Jesús nos instruyó: “Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10);
para esto debemos estar dispuestos a obedecer, en devocionales anteriores vimos
que esto se lograba al poner el Amor en Acción con la ayuda del Espíritu Santo.
Tercero,
anhelando constantemente conocer el amor de Dios por medio de su Palabra
pidiendo: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” (Mateo 6:11).
Cuarto,
implorando perdón a Dios y perdonando como el Maestro nos indicó: “Y perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo
6:12) pues si hacemos esto nos estaremos asemejando a nuestro Padre, quien es
misericordioso.
Finalmente
buscando depender del Padre para salir triunfantes de la tentación y librados
del mal, para así exaltar y dar Gloria a su Gran Nombre diciendo: “Y no nos
metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:13). Oración.
«Padre Dios,
estoy feliz por ser llamado tu hijo, quiero celebrar tu amor correspondiendo
como me lo pides, buscando a diario ser puro como tú eres puro, en el nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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