¿En momentos de crisis en quién confías?
“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar
consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu,
¡añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han
preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su
esperanza en la sombra de Egipto”, Isaías 30:1-2
“¡Ay de los hijos que
se apartan, dice Jehová! Esta es una queja de Dios donde manifiesta una
profunda tristeza por sus hijos que se han alejado de Él y han entrado en
rebeldía al no tomar en cuenta su consejo en los momentos de crisis.
“Cobijarse con cubierta” implica buscar la solución por
nuestra cuenta, hacer planes bajo nuestros criterios y no consultar lo que Dios
dice en su Palabra al respecto. Cambiamos nuestra confianza en Él para
apoyarnos en otras personas y cosas, dejando de recibir su dirección. En otras
palabras, descansamos en el brazo de carne y no en el brazo fuerte de Dios;
esto trae como consecuencia más pecado a nuestra vida. Recordemos lo que dice
Jeremías 17:5 “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y
pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”.
Pensamos que rebeldes sólo son aquellos que no conocen a
Dios ni a su Palabra y viven a su manera, pero la realidad es que cuando no
obedecemos a Dios siendo sus hijos y actuamos por nuestra propia cuenta estamos
en rebeldía y esto le causa mucho dolor en su corazón.
Debemos confiar en Dios en cualquier situación por
insignificante que sea y su Palabra nos invita a eso: “Porque en ti ha confiado
mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé.» Salmo 57:1. Dios actúa de
maneras que van más allá de las nuestras y aunque no las entendemos Él obra
sobrenaturalmente a través de nuestra obediencia a su Palabra, por fe, aunque
las circunstancias sean difíciles.
El Señor es muy claro cuando nos advierte que confiar en
otros dioses o en otras personas nos llevará al sufrimiento y la confusión,
como a su pueblo Israel que quiso esconderse bajo la sombra de Egipto cuando
estaba amenazado por Asiria y esto trajo graves consecuencias a la nación.
¿En los momentos de dificultad bajo quien nos cobijamos?
¿Escucharemos hoy un ¡Ay! de nuestro Padre? ¿Nos resistimos a su dominio y
total autoridad en nuestras vidas o decidimos refugiarnos bajo la cubierta de
su Espíritu, confiar en su fidelidad y dejar que Él nos ayude? Oración.
Amado Dios, hoy quiero pedirte perdón por no confiar
completamente en ti, por dejar de mirarte y colocar mis ojos en otras personas
o cosas, tratando de resolver mis problemas. Quiero llevar delante de ti todas
mis situaciones grandes y pequeñas para entender que siempre estás dispuesto a
ayudarme, necesito tu dirección y tu consejo en cada área de mi vida, depender
de ti y descansar en tu fidelidad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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