¿Cómo recibo la enseñanza espiritual?
“¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender
doctrina? ¿A los destetados?, ¿a los arrancados de los pechos? Porque
mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón,
línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; porque en lengua de
tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo:
Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no
quisieron oír. La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras
mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un
poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean
quebrantados, enlazados y presos”, Isaías 28:9-13
Dios nos quiere instruir con su Palabra, porque es para
todos, el problema es cuando no queremos recibir la enseñanza. Esto le pasó al
pueblo de Israel, no quisieron oír la voz del profeta Isaías que les trasmitía
las instrucciones de Dios y llegó a profetizarles que los asirios les
enseñarían de una manera que no les gustaría. Las consecuencias de su
desobediencia a Dios traería perdición a su pueblo.
Cada vez es más difícil compartir las verdades espirituales,
la mayoría de las personas, incluyendo a algunos creyentes, ignoran la Palabra
de Dios que nos fue dada como una lámpara que ilumina el camino y como una
lumbrera que alumbra nuestro caminar, como dice el Salmo 119:105. Es el manual
de instrucciones dado por Dios para que seamos felices y crezcamos
espiritualmente. La enseñanza es una obra lenta, paciente y continua que cuando
se toma en serio transforma la mente humana y le permite cambiar su manera de
vivir.
Isaías, le habla al pueblo como a niños recién destetados
que necesitan ser instruidos lentamente en todo. Dice Isaías 28:13 “La palabra,
pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón
tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que
vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos”. Dada de
una manera tan minuciosa hasta que traiga a su pueblo al quebrantamiento, al
arrepentimiento, y sean enlazados y presos en sus palabras.
La Biblia hay que tomarla en serio y no hay atajos para
crecer espiritualmente, demanda estudio, perseverancia y paciencia para
escudriñarla poco a poco. Nos exige un esfuerzo diario pero es la única forma
de conocer a Dios y su plan divino para nosotros.
Cuando no perseveramos en el conocimiento de la Palabra,
caemos fácilmente en apostasía, negamos nuestra fe, nos alejamos paulatinamente
de la presencia de Dios, perdemos nuestra adoración y toda comunión. Hemos
olvidado que el Espíritu Santo es nuestro “Ayudador” y nos fue dado para
enseñarnos las Escrituras, iluminando nuestras mentes a las revelaciones
escritas de Dios.
Recordemos que: “toda la Escritura es inspirada por Dios, y
útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”
2Timoteo 3:16. Se hace entonces necesario que se nos repita a menudo para poder
entenderla mejor y para vivir en íntima comunión con Dios. Oración.
Señor Jesucristo, gracias por tu Palabra, que me ha limpiado
y ha renovado mi mente, anhelo seguir estudiando cada día, por favor Señor
dame la perseverancia para que en este nuevo año pueda leerla totalmente.
Llévame de tu mano Espiritu
Santo, se mi guía y mi maestro. Quiero crecer
espiritualmente, conocer más de Dios y ser un instrumento para enseñar y
edificar también a otros. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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