El gozo, resultado de la comunión con Dios
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que
hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras
manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos
visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el
Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para
que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión
verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os
escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”, 1 Juan 1:1-4
El apóstol Juan afirma con toda seguridad, como testigo
presencial de los hechos tocantes a Jesucristo y nos habla acerca del propósito
del mensaje del evangelio, el cual es traer comunión con Dios y gozo a la vida
del creyente. Este mensaje tiene la intención de producir un verdadero
arrepentimiento de los pecados, que crean en Cristo y así el Espíritu Santo
haga su obra al convertirnos en nuevas criaturas y nos dé un gozo
indescriptible como resultado del perdón, de la vida eterna y de la nueva
condición como herederos del reino de Dios.
La fuente del gozo, está en la llenura del Espíritu Santo en
nosotros, ese gozo que es más que un sentimiento de alegría, es un estado de
regocijo y completa satisfacción que experimenta el creyente como efecto de su
comunión con Cristo, de manera que aun en medio de las pruebas podamos encontrar
descanso para nuestras almas.
Ahora, muchos afirman que podemos llenar nuestras
necesidades con el amor de la familia, los logros académicos o laborales, la
comodidad económica, la diversión y los placeres de este mundo, etc., pero esto
nunca logrará satisfacerlas completamente, siempre faltará algo. La alegría del
mundo es una emoción efímera del alma, desaparece fácilmente con las
circunstancias de la vida. Sin embargo, el gozo del Señor es una experiencia
que tiene su base en una realidad espiritual que es la reconciliación que el
ser humano tiene con Dios por medio de Jesucristo.
hermano, el gozo del corazón depende de nuestra comunión con
Dios y vivir en verdadera santidad e integridad. Oración.
Señor Jesucristo, muchas veces he perdido el gozo de mi
corazón, porque he buscado la felicidad pasajera en logros terrenales y
reconocimientos en este mundo, pues ahora enfocaré mi vida a buscar tu
presencia y vivir en comunión contigo, lejos del pecado, y así poder disfrutar
de todas tus promesas. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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