Tiempo de regocijo, paz y amor
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús”, Filipenses 4:6-7
Se acerca la Navidad y vemos cómo este tiempo se ha
convertido en una época exclusivamente de regalos, reuniones sociales,
banquetes y licor, las casas y las calles se han llenado de luces, pero Jesús
que es el protagonista de la celebración no ha sido invitado; aquel que dijo
“Yo Soy la Luz del mundo” está ausente.
El mundo ignora que sin Jesucristo en el corazón, la navidad
simplemente, es una festividad más. Termina este tiempo de festín y de nuevo se
enfrentan a las preocupaciones, deudas, desesperanza, conflictos y ansiedad.
El tiempo de navidad, nos debe recordar el pacto que Dios
hizo con su pueblo para redimirlo, el inicio de una vida triunfante y
victoriosa, pues fue la apertura del camino al reino de Dios que estaba cerrado
por el pecado. Este es tiempo de regocijarnos en el Dios de nuestra salvación,
es tiempo de paz y amor.
Hermano, invita a aquel que es paz y amor, a Jesucristo,
para que sea el Señor y salvador de tu vida, Él alegrará tu corazón no solo por
un mes, sino por el resto de tus días. Solo Él puede dar la paz tan anhelada,
esa paz que sobrepasa los pensamientos del hombre. Depende de ti vivir en paz o
vivir ansioso, pues el Señor dice: “Por nada estéis afanosos”. Oración.
Padre Amado, te ruego por quienes acuden a este devocional,
para que sus corazones sean tocados por ti, que vivan el verdadero sentido de
la navidad, que huya la insignificancia y se llenen del amor y la paz que solo
proviene de ti. Que tu presencia permanezca en medio de sus familias, en estos
tiempos de disolución. Te amo Señor. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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