Buenos administradores de la gracia de Dios
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues,
sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor;
porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin
murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla,
hable conforme a las Palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al
poder que Dios da, para que en todo, sea Dios glorificado por Jesucristo, a
quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”, 1
Pedro 4:7-11
Han transcurrido alrededor de dos mil años, desde cuando
Pedro escribió esta epístola, y como él mismo escribió: “que para con el Señor
un día es como mil años, y mil años como un día”, pues dos mil años
equivaldrían a dos días que no son nada comparados con la eternidad, por eso
Pedro escribe “el fin de todas las cosas se acerca”, pues cada día que pasa se
acerca aún más el regreso del Señor Jesucristo, por tanto, debemos asegurarnos
de estar cumpliendo con los mandatos de su Palabra, la Biblia dice: “Velad,
pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”. (Mateo 24:42).
No olvidemos, hay un día señalado para esa gloriosa venida
de Cristo, que pude ser hoy, puede ser mañana o cualquier día, así que los
creyentes debemos vivir cada día como si fuera el último, siendo sobrios,
sabios, hospitalarios, velando en oración, teniendo un ardiente amor entre los
que nos rodean y expresándonos con palabras sazonadas que edifiquen a los
oyentes.
Es extraordinaria la multiforme gracia de Dios que nos ha
sido dada, pero qué gran responsabilidad es ser buenos administradores de esa
gracia divina e incomparable, la cual solo se logra con el poder y fuerza que
Dios da, para que en todo sea glorificado por Jesucristo.
Hermano, debemos dar prioridad a las cosas eternas e
invisibles, conscientes de que hoy pudiera ser el día de la venida de Cristo.
También, vivir la vida que Dios nos llama a vivir al preservar nuestra comunión
con él, profesar el amor a los hermanos y concentrarnos en el servicio a Dios. Oración.
Padre eterno, mientras espero la gloriosa venida de
Jesucristo, viviré en sobriedad, velando en oración y acción de gracias.
Ayúdame Señor a profesar un ferviente amor por los demás, a ser caritativo y
buen administrador de la Gracia divina que me ha sido dada, pues tuyo es el
honor, la honra y la gloria por los siglos de los siglos, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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