miércoles, 4 de diciembre de 2019

Jehová es la fortaleza de mi vida


Jehová es la fortaleza de mi vida
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado”, Salmo 27:1-3
En la Biblia encontramos dos formas de temor, el uno es el temor del Señor, el cual es beneficioso y debe ser avivado, pues es un temor reverencial a Dios, es un reconocimiento de todo lo que Él es. El temor del Señor conlleva muchas bendiciones. En Proverbios 19:23 dice, “El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado del mal”.
No obstante, el segundo tipo de temor mencionado en la Biblia es perjudicial y debe ser superado pues no es beneficioso en absoluto. Este es el “espíritu de cobardía” mencionado en 2 Timoteo 1:7 donde dice, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder de amor y de dominio propio”. Es decir, que este miedo no viene de Dios, ni la voluntad de Él es que estemos afligidos y llenos de temores.
Cuenta la Biblia que el éxito de David en la guerra contra los filisteos provocó la envidia del rey Saúl, y mientras David tocaba el arpa, un espíritu maligno se apoderó de Saúl, e intentó clavarlo con la lanza, pero David la esquiva, de modo que la lanza quedó clavada en la pared y David tuvo que huir.
En estas circunstancias, ¿quién no siente miedo? David huye del palacio y de la ciudad. Sabe que el rey ha determinado quitarle de en medio y que no hay ningún lugar seguro en Jerusalén. Pero David lleva sus miedos al Señor, y proclama: «Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida».
Este Dios, que se llama Jehová, «yo soy el que soy», es el que te buscó, él que envió a su Hijo para llamarte, y te dio el perdón y la vida eterna, si has creído en Él.
Cuando sabes y conoces que Jesucristo te ama y dio su vida por ti, entonces sabrás que Él es la fortaleza de tu vida y no habrá enemigo que te pueda hacer frente. Oración.
Señor, a veces he tenido miedos profundos, temores reales y no reales que han sido tormento a mi existir, pero tú llegaste a mi corazón, fuiste mi luz y mi salvación, fuiste la fortaleza de mi vida, desechaste mis temores y hoy puedo proclamar a viva voz que aunque se levante guerra contra mí, yo estaré confiado, porque Jehová es la fortaleza de mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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