Escucha a Jesús y echa la red en su nombre “Aconteció que,
estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para
oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del
lago. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que
la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la
multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad
vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche
hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la
red”, Lucas 5:1-5
La fe viene cuando se oye la palabra de Dios, cuando se
tiene un anhelo profundo por oír la voz de Dios. La Biblia dice que la gente se
amontonaba para oír las enseñanzas de Jesús. Ellos anhelaban la palabra del
Señor. El salmista dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que
la miel a mi boca”, Salmos 119:103.
Genesaret, significa: “Jardín de riquezas”, “Jardín del
príncipe”, y esto es lo que ellos allí encontrarían: a Jesucristo, el Hijo de
Dios, enseñando las riquezas de la revelación del reino de Dios. Jesús está
enseñando en todo lugar, en todo momento, en toda circunstancia, a través de
sus sermones y su ejemplo, pero en aquellos días, así como hoy, no siempre
estamos dispuestos a aprender. Fácilmente las circunstancias adversas nos
afligen, y nos perdemos de grandes enseñanzas. Por eso, muchas veces superamos
la dificultad por su misericordia, pero sin aprender la enseñanza contenida en
la prueba.
Jesús les enseña desde la dificultad, veamos: “ellos lavaban
sus redes” y “nada habían pescado”, había desánimo, decepción, y fatiga. Les
enseñaba desde su lugar de trabajo: la barca. Así hace con nosotros, nos sigue
enseñando, ya que Él nunca dejará de ser nuestro Maestro; pero debemos tener un
corazón dispuesto a aprender, manso y humilde.
Tengamos presente que la fe es una prueba de confianza donde
el discípulo deposita su corazón en las palabras de su Maestro. Pedro venía de
pescar toda la noche, las redes estaban ya lavadas y Jesús le ordena volver a
pescar. Jesús era Maestro de las Escrituras y no pescador, sin embargo, Pedro
le dice: “en tu palabra echaré la red”.
Hermano, la obediencia debe imponerse sobre la razón, pues
el razonamiento es un obstáculo para los milagros, y así como Pedro en dicha
ocasión, obedezcamos a pesar de las adversidades. Oración.
Señor Jesucristo, muchas veces he sido como aquellos
pescadores que han trabajado mucho sin lograr nada, pues no estabas dentro de
mis planes. Hoy te doy gracias por haber llegado a mi vida y hablado a mi
corazón; yo escuché tu voz y mi vida se transformó para bien, he vivido nuevas
experiencias contigo, y llenaste mi red a rebosar. Gracias Señor. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario