¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE PARA TI?
Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre
vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis;
bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que
trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”, Hageo1:5-7
El Señor le habla al profeta Hageo cuando su pueblo Israel ha
regresado del cautiverio a la tierra prometida. Se dedicaron a construir sus
propias viviendas y no se esforzaron por reconstruir el templo para restaurar
el culto y la adoración a Dios. Colocaron sus prioridades personales por encima
de su comunión con Dios, el resultado fue que las cosas no salieran bien,
estaban insatisfechos, pues trabajaban mucho y el dinero no les alcanzaba, se
esforzaban demasiado y no obtenían lo que querían. Esto puede sucedernos a
nosotros cuando Dios no ocupa el primer lugar en nuestra vida.
El Señor Jesús nos hace un llamado a colocar nuestras
prioridades en orden. Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Evaluemos nuestra vida
espiritual. ¿Estamos cumpliendo con el propósito para el cual fuimos escogidos
y llamados? Tener una relación íntima, verdadera y continua con nuestro Dios
debe ser nuestra prioridad y lo demás vendrá como resultado de buscarlo
genuinamente.
Enfocarnos sólo en nuestros asuntos personales, dedicando
nuestro tiempo y energía para conseguir lo que necesitamos para vivir nos puede
estar haciendo perder el examen, pues hemos descuidado nuestro tiempo
devocional con el Señor, somos indiferentes con nuestros deberes espirituales y
no hemos avanzado en nuestro crecimiento espiritual.
Los tiempos que estamos viviendo demandan hombres y mujeres
decididos al servicio y compromiso en las cosas de Dios, pues somos
responsables de nuestro entorno, somos agentes de cambio en el lugar donde Dios
nos ha colocado, generadores de vida y bendición para los que nos rodean.
Prediquemos su Palabra para que las personas se vuelvan a Dios, se levanten
para buscarlo de todo corazón y haya un despertar espiritual.
La recompensa que obtendremos es nuestra propia satisfacción,
por hacer lo que es debido, obedeciendo a Jesucristo y siguiendo su camino.
Esto no se puede evaluar en términos de riqueza terrenal. Una paradoja en la
vida cristiana es que la labor bien hecha no trae descanso y comodidad sino
mayores demandas y esfuerzos. Como en la parábola de los talentos (Mateo
25:14-30), la recompensa de los siervos fieles es una responsabilidad todavía
mayor y una comunión más íntima con Dios.
Oración.
Amado Señor Jesucristo, no permitas que personas, objetos,
trabajo, estudio y metas materiales compitan con mi prioridad de buscarte cada
día. Quiero colocarte en primer lugar en cada aspecto de mi vida. Que mi
interés sea una sincera comunión contigo, con plena certeza de que te ocuparás
de las añadiduras. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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