LA FIDELIDAD
DE DIOS
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios
fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos, hasta mil generaciones”, Deuteronomio 7:9
Si fuéremos
infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”, 2 Timoteo 2:13
Entonces vi
el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba
Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea”, Apocalipsis 19:11
¿Alguna vez
hemos dudado de la fidelidad de Dios? Creo que sí y puede suceder cuando
estamos pasando por malos momentos. Nos olvidamos rápidamente de todo lo que
Dios ha hecho por nosotros antes y llegamos a pensar que nos ha abandonado.
Estamos errados, pues Dios nunca nos desampara, cualquier cosa que suceda en
nuestra vida no está ajena a su voluntad. Él es fiel por naturaleza, es un
atributo divino y esta virtud se asocia con la bondad que nos tiene al ser
nuestro Padre.
Hablar de su
fidelidad es hablar de su perfección y su inquebrantable compromiso con nosotros.
Ha mostrado a través de la historia que sus pactos han sido firmes y que cumple
todas las promesas de su Palabra. Tampoco podemos negar la veracidad de su
testimonio en nuestras vidas, la trasformación que ha hecho en nosotros, sus
respuestas a nuestras oraciones y su respaldo en todo lo que hacemos. Dios es
fiel y jamás miente, lo que dice lo sostiene. Tenemos un Dios único y verdadero
que no cambia.
Un Dios que
es cercano y está al alcance de los que lo buscan, un Padre que no solo trae
provisión, sino que nos levanta y nos sostiene en nuestras tribulaciones. Tal
vez en su soberanía permite cosas que nos afligen, pero aún sigue siendo fiel,
pues permanece a nuestro lado en medio de los problemas. La soberanía y la
fidelidad de Dios son dos conceptos que van de la mano. Si decimos Dios es
soberano, estamos reconociendo que Él tiene el derecho absoluto y exclusivo de
ejercer su autoridad en la creación y todo lo que hay en ella.
Si Dios es
nuestro Padre, no sólo esperemos su bendición sino su disciplina y corrección,
esto es parte de su fidelidad con nosotros. Él nos mantendrá guardados del mal.
Su fidelidad es inmutable frente a la infidelidad de nosotros.
El Libro de
Deuteronomio nos exhorta a ser un pueblo fiel a Dios, pues somos apartados para
Él, un pueblo especial con una misión específica, basada en el pacto de gracia
y amor que Dios estableció a través de Jesucristo. Este pacto es para nuestro
beneficio y debe conducirnos a un compromiso de obediencia. 1. Oración inicial
"Amado
Padre, gracias por tu fidelidad, a pesar de mis fallas has engrandecido tú
misericordia cada día sobre mi vida. Gracias por poder apoyarme en ti. Eres
fiel y digno de confianza. Quiero exaltarte y adorarte eternamente. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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