Tu rostro
buscaré
«Mi corazón
ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová» Salmos 27:8.
Qué precioso
es ver todo lo que el Señor ha inspirado, los mejores poemas, cánticos, entre
otros; y en este pasaje en especial, podemos ver a David siendo inspirado por
Dios, para recitar uno de los Salmos más bellos que hablan de la necesidad, en
el corazón del creyente, de buscar al Señor; necesidad que surge en nosotros
debido a la restauración que hizo Jesucristo en nuestra relación con el Padre.
Recordemos
que en Génesis se nos revela cómo el hombre al desobedecer a Dios y darle
acceso al pecado tuvo grandes consecuencias, entre ellas, que el espíritu de
todo ser humano muriera; espíritu que es tan necesario en nuestras vidas, ya
que es el que nos permite relacionarnos con Dios; al suceder esto vemos cómo la
relación entre Dios y el ser humano se rompe, y cómo afecta aun hasta nuestro
anhelo de buscarle (Romanos 3:11b, Salmos 14:2-3). Pero hoy, podemos decir a
Dios ¡Gracias!, porque Él mismo fue quien tomó la iniciativa y nos dijo: “Heme
aquí” (Isaías 65:1), y envió a su Hijo Jesucristo para que por su obra
redentora, en la cual hemos creído, Dios nos diera un espíritu nuevo para
volver a relacionarnos con Él, ser sensibles a Su voz y entender el anhelo que
tanto, nuestra alma y nuestra carne, tienen de buscarle (Ezequiel 36:26, Salmos
63:1b).
Hermanos,
busquemos a Dios de todo corazón, siendo conscientes de que cuando lo hacemos
lo hallamos, pues Él lo prometió. En oración, digámosle hoy: ¡Señor, todo mi
ser te anhela! por eso en todo momento tu rostro buscaré. Oración.
«Padre, que
nunca se aparte de mi corazón el anhelo de buscarte. Te lo pido en el nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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