Cuarto de guerra - Parte 3
“Él
respondió y dijo: Escrito está:” Mateo 4:4a
Cuán
identificados podemos sentirnos con esta batalla de Jesús, pues ¿Cuántas veces
el enemigo también nos ha lanzado dardos de fuego en medio de ella? Muchas, la
gran diferencia es que en ocasiones no hemos reaccionado como lo hizo el Señor,
ya sea por desconocimiento de la palabra o por desobediencia, lo que nos ha
llevado en esos momentos a actuar bajo nuestros propios razonamientos, y no con
sabiduría.
Citemos un
ejemplo, cuando nos vemos enfrentados a una batalla, pero de discusión, ¿cómo
reaccionamos? Hemos visto cómo en algunos momentos hemos actuado bajo los
impulsos de la ira y la soberbia, lo que claramente nos ha conducido a dar de
regreso una respuesta soez, entre otras cosas; pero ¿qué pasaría si en todo
momento siguiéramos el ejemplo de Jesús? Si lo hiciéramos, saldríamos invictos
de esas batallas, pues echaríamos mano a lo que hemos aprendido de la palabra
de Dios y entonces lo aplicaríamos en nuestras vidas, ¿cómo? Dejando la ira y
desechando el enojo (Salmos 37:8ª), quitando toda palabra áspera de nuestra
boca y poniendo a cambio blandas respuestas, pues éstas quitan la ira
(Proverbios 15:1), pero sobre todo no daríamos lugar al diablo, pues al igual
que Jesús, le diríamos: “escrito está” y de acuerdo a eso voy a obrar.
Jesús nos ha
dado ejemplo de cuán necesario es apoyarnos en esos momentos, en la oración y
en su palabra, pues estas son armaduras necesarias para proteger a todo soldado
que va a enfrentar una batalla (Efesios 6:14-18)
Reflexionemos,
¿cuánto tiempo le estamos dedicando a la oración y a la lectura de la palabra?,
¿una vez al día, a la semana, al mes?, ¿será que este tiempo es suficiente para
estar enteramente preparados y así poder enfrentar toda batalla? Hoy decidamos
seguir el ejemplo de Jesús, quien nos enseña cuán necesario es buscar a Dios,
sin cesar; aferrémonos a su palabra y actuemos con la ayuda del Espíritu Santo
de acuerdo a lo que hemos aprendido, entonces veremos la victoria, como lo hizo
Jesús. Oración.
«Padre,
gracias por enseñarme, a través de tu palabra, la forma en la que puedo hacer
práctica tu verdad, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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