¡Me haces
falta como el aire!
“El Espíritu
de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.” Job 33:4
¿Has tenido
alguna vez un ataque de tos? Si lo has experimentado sabes que en esos momentos
tu cuerpo, de manera incontrolada e impulsiva, te conduce a toser repetidas
veces para tratar de sacar de tu organismo aquello que está obstaculizando tu
respirar, y aunque en esos momentos intentas calmarte y tratar de inhalar y
exhalar con normalidad no puedes hacerlo pues sientes cómo tu tráquea se está
cerrando y te causa dolor hasta el tragar.
Qué fácil es
darnos cuenta cómo se altera nuestro cuerpo cuando falta algo tan vital como el
aire, pero qué difícil es notar la afectación en nuestro espíritu cuando lo que
falta es pasar tiempo con Dios. Físicamente tu organismo te está alertando de
que hay un gran problema, pero ¿qué pasa en lo espiritual? Pareciera que no hay
alertas, porque puedes seguir tu vida como si nada, pues estás vivo, caminas,
respiras, comes, etc. Pareciera ser que nada pasara, pero ¿será esto cierto?
Claramente el no buscar a Dios nos afecta, afecta nuestra vida de oración,
nuestro tiempo de lectura de la palabra, nuestro compañerismo con otros
cristianos y aun nuestro servicio a Dios; afecta todas y cada una de las áreas
de nuestra vida.
La reflexión
de hoy nos impulsa a que así como buscamos en esos momentos de enfermedad a un
experto, para que nos diagnostique y nos de la fórmula para salir de esa
dolencia, deberíamos hacer lo mismo en nuestra parte espiritual, buscar al
experto, a Dios, quien es el único que llega a áreas desconocidas y profundas
de nuestro corazón, nos diagnostica, pero también nos formula: Vitaminas, de
oración; una buena alimentación, de la palabra de Dios; nos envía a ejercitarnos,
con el servicio al Señor; caminatas, a la iglesia para conocer más de Dios;
reposo, pero en el Señor y tomar mucha agua, pero del agua viva que da Jesús. Oración.
«Padre,
quiero que en todo momento me hagas falta como el aire, pues, así como mis
pulmones no pueden estar sin él, yo tampoco puedo estar sin ti. Ayúdame
Espíritu Santo de Dios a que el buscar al Padre sea tan importante como lo es
para mi cuerpo el respirar, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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