domingo, 6 de noviembre de 2022

Considerados como columnas

 


Considerados como columnas

“y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión» Gálatas 2:9.

Alrededor del mundo hemos visto edificaciones asombrosas, de diferentes tamaños y alturas, todas ellas construidas bajo los más altos estándares de calidad para garantizar su permanencia a través de los años. Al analizarlas podemos notar que cada una de ellas tiene algo en común, columnas, pues es necesario que las tengan ya que son ellas las que soportan y transmiten las cargas del edificio para que en éste se genere estabilidad, firmeza y resistencia. De igual manera la palabra de Dios nos muestra que así como una edificación necesita columnas, la iglesia también debe tenerlas, pero no hablamos de las físicas sino de las espirituales, pues estas columnas espirituales servirán como soporte para los nuevos miembros que vayan conformando la edificación de Cristo.

El Señor Jesús tomó a doce personas para que fueran las columnas de lo que empezaría a conocerse como iglesia, los capacitó, se puso Él como cimiento para que todo lo que edificaran sus discípulos, en su Nombre, pudiera permanecer. Sin embargo, aunque todos fueron llamados a ser columnas verdaderas, podemos ver cómo uno de ellos (Judas Iscariote) prefirió ser una columna, pero falsa, y como dicen las Escrituras, cuando una casa o edificación no tiene a Cristo como cimiento, cae, y por eso es grande su ruina.

A través de estos siguientes devocionales meditaremos sobre qué tipo de columna estamos dispuestos a seguir siendo en nuestra casa, trabajo y aún en la iglesia, ¿columnas falsas?, o ¿columnas verdaderas?   Oración.

«Padre, gracias te doy porque me has dado de tu gracia y me has puesto como columna para que ayude a mis hermanos y juntos llevemos las cargas que diariamente nos asedian. Perdóname si no lo he estado haciendo, pero hoy quiero enmendar mi error y ser una verdadera columna para aquel que necesita ayuda y ya no tiene fuerzas. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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