Salmos 3:3-4
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el
que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová y Él me respondió desde su
monte santo.
¿Alguna vez has cuestionado tu fe? Si no lo has hecho, te lo
recomiendo ampliamente. Leíste bien. Cuestiona tu fe. Cuestiona lo que dice la
palabra de Dios. Lee la biblia y piensa si los principios que Dios pide son
coherentes y tienen sentido. Yo lo he hecho y el resultado siempre es
espectacular. Simplemente Dios no deja de sorprenderme con su sabiduría
infinita. Y ¿por qué pido que cuestiones tu fe? Para que puedas entender
completamente el pasaje de hoy. Una vez que has puesto a prueba los principios
de Dios; una vez que has tratado de encontrarle algún error o buscado un mejor
camino por otro lado y simplemente te das cuenta que el camino del Señor es el
mejor, puedes abrazar las palabras de David y decir: Jehová, eres escudo
alrededor de mí y el que levanta mi cabeza. ¡Increíble! Repítelo: Jehová, eres
escudo alrededor de mí y el que levanta mi cabeza. Es más, pienso que después
de estas palabras sigue la expresión: ¡aahhh! De alivio y gozo. El mundo allá
afuera se puede estar cayendo. Todo puede parecer de cabeza. Pero tú sabes que
confiando en Él y siguiendo su palabra, tienes el mejor escudo y la mejor
motivación pues Dios mismo levanta tu mirada caída. El problema muchas veces
llega cuando queremos que la respuesta de Dios tenga las siguientes
características: a nuestro tiempo y a nuestra forma. ¡Gran error! Si quieres
que Dios sea tu protección y ánimo, tienes que aprender a hacer las cosas a su
manera. Jehová no es una herramienta. No es un método. ¡Es Dios mismo! Su
escudo llega cuando entiendes su amor incondicional hacia ti. Su escudo llega
cuando entiendes que quiere bendecirte. Su escudo llega cuando entiendes que
quiere dar luz a tus pasos e iluminar tu camino. ¡El escudo no es físico! El
escudo no es más dinero, más salud, más abundancia, más felicidad o más de
cualquier otra cosa. Ese es Satanás queriendo engañarte minimizando lo que Dios
realmente hace en nuestras vidas. Satanás quiere confundirnos y hacernos pensar
que el escudo está en tener un seguro de vida para “proteger” a nuestra
familia. ¡La protección está en enseñarle a tu familia el temor a Jehová! ¿Lo
puedes ver? No te dejes engañar. Ven a la palabra de Dios y descubre por ti
mismo el maravilloso escudo que es Dios para la vida de los que le aman y
sirven.
Oración
Padre: gracias. Quiero vivir confiado en que eres mi escudo,
mi gloria y levantas mi cabeza siempre. Es imposible seguir adelante por mí
mismo y quiero dejar de luchar. Vengo de rodillas a Ti entendiendo que has
mandado a Jesús para reconciliarme contigo. Vengo de rodillas para pedirte
perdón por mis pecados. Vengo de rodillas para pedirte que transformes mi vida
y le des sentido. Protégeme y ayúdame a aprender a servirte día a día. En el
nombre de Jesús te lo pido. Amén.
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