LA SABIDURIA
“Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el
corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. Ésa no es la sabiduría que
desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica.”
Santiago 3:14-15
Santiago tenía un modo muy frontal de decir las cosas. No cuidaba
sus modos y ponía todo en blanco y negro. Hoy que estamos acostumbrados a
disimular los errores y a ser más condescendientes, el estilo duro y directo de
Santiago parece demasiado violento. Y con la simpleza y claridad que lo
caracteriza, define como ve Dios la sabiduría que no es de Él. La define y
explica sus consecuencias.
Santiago dice con claridad que la sabiduría que no es de
Dios, de lo alto, del Cielo; es simplemente del diablo. Blanco o negro. No
estamos acostumbrados a decir las cosas con tanta franqueza y hoy nos
esforzamos por minimizar los errores y ser más políticos. Dios es bien claro.
Si no es de Dios, la sabiduría que estás usando es del diablo. Punto.
¿En que se manifiesta? Si en tu vida vos generas peleas, tenéis
envidia, hay rivalidad o presumís de algo que no son, esas actitudes,
pensamientos y motivaciones son generados por la sabiduría diabólica. No
importa cuánto quieras disimular, Dios ve la intención del corazón. No importa cuánto
quieras esconder tu envidia, Dios sabe que la tenéis. A Él no se le puede
ocultar nada. Por eso es tan categórico. Los celos, la envidia, las peleas, las
malas intenciones, el chismerío, la murmuración, la falta de franqueza, las
divisiones, la falta de respeto, la falta de autoridad son simples consecuencias
de una manera de pensar que está dirigida por esta sabiduría del diablo.
La sabiduría de Dios, en cambio, hace todo lo contrario. Es
un muy buen termómetro para medir la temperatura de tu alma, y analizar que
tipo de actitudes estás tomando. Analiza la tendencia de tus dichos o
pensamientos. Fijante que es lo que estuviese diciendo con tus amigos la última
semana. Pensé en lo que estuviste pensando y eso te va a marcar la pauta de que
sabiduría está dominando tu cerebro.
REFLEXIÓN – ¡Que sea de lo alto!
Un gran abrazo y bendiciones
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