Rom 1: 27 La homosexualidad (cambio o abandono de las
relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en
los nuestros. Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es
recibir a todo el que acuda a El en fe y los cristianos deben amar a los demás
sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente
prohibida en las Escrituras (Lev_18:22). En el mundo de hoy, muchos consideran
aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la
que establece el patrón para las leyes de Dios. Muchos homosexuales creen que
sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no
nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son
normales). Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse.
Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite
lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza. No
menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un
daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados
sexuales, así como perdona otros pecados. Ríndase a la gracia y a la
misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado
e ir a la luz de su libertad y amor. La oración, el estudio de la Biblia y el
firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia
pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas. Si
usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un
pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.
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