Amados por Dios
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida
eterna. - Juan 3:16
Normalmente, después que superamos alguna dificultad, nos
sentimos enamorados de Dios y entendemos su gran amor en Jesús. Pero una vez
pasados los momentos difíciles, ¿qué sucede? Poco a poco nos vamos olvidando
nuevamente de Dios.
¡Qué bueno es saber que Dios no deja de amarnos! Él nos ama
cada día, perdonando nuestros pecados por medio de Jesús y fortaleciendo
nuestra fe. Dios nos llama a diario al arrepentimiento para mostrarnos las
cosas como son, y darnos la oportunidad de traernos de vuelta al camino
correcto. Su amor por nosotros nunca deja de ser. ¡Nadie es perfecto!
Tú, Señor, eres todo bondad. Por tu misericordia, acuérdate
de mí; pero olvídate de que en mi juventud pequé y fui rebelde contra ti. -
Salmos 25:7
Aun cuando el mundo diga lo contrario, debemos reconocer que
somos imperfectos, por lo que cometemos errores y pecados. Nadie, absolutamente
nadie, consigue obedecer totalmente la ley de Dios. Por lo tanto, a través de
la fe en Jesús, se espera que reconozcamos nuestros errores para poder recibir
así el perdón de nuestros pecados.
Esa actitud nos trae la humildad que nos capacita para ser
más tolerantes, comprensivos y misericordiosos unos con otros. Y cuando erramos
y nos arrepentimos, gracias a Jesús tenemos el perdón asegurado.
ORACIÓN: Señor, ayúdame a confesar a diario mis pecados
para recibir así tu perdón. Guíame con tu Espíritu Santo, y fortalece mi fe
para que pueda apoyar a quienes me necesitan. En el nombre de Jesús. Amén.
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