Creados para ser como Cristo
“Entonces dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en
los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre
a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Génesis
1:26-27
Al estudiar la preexistencia de Cristo nos damos cuenta de
que en el momento de la creación del hombre Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu Santo estaban actuando juntos, por eso dice “hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” y es maravilloso saber que esa
imagen gloriosa con la que fuimos diseñados desde el inicio puede recuperarse
gracias a Jesucristo, pues Él, quien es la imagen visible del Dios invisible,
quiere que seamos como Él, por eso nos dejó su Santo Espíritu para enseñarnos a
ser como Él, como declara Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará
todo lo que yo os he dicho.” Y como complementa Efesios 4:13 “hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”
Dios nos muestra en Génesis que hizo al hombre a su imagen y
semejanza, pero por el pecado esta imagen se desdibujó, sin embargo en Cristo
podemos recuperar esa imagen como dice Romanos 8:29 “Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” y como declara 2
Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en
un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
Por tal motivo podemos confiar que los planes iniciales de
Dios de que el hombre sea imagen y semejanza suya hoy se pueden volver una
realidad en nosotros, primero al creer en Cristo y segundo al tomar la decisión
de seguirle convirtiéndonos en testigos de su amor. Oración.
«Padre Dios, tú me creaste para que sea conforme a tu imagen,
perdóname porque muchas veces en mi diario vivir no reflejo esa imagen, la
imagen de tu Hijo se desdibuja en mí cuando peco, por eso te pido que me
ayudes, para que tu Santo Espíritu me lleve a esa intimidad por medio de la comunión,
donde pueda ser transformado gracias a tu gran amor para así alcanzar la
estatura de Cristo y poder reflejar tu gloriosa imagen convirtiéndome en
testigo de tu amor. Amén.
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