Dominio
propio
“Fue Sansón
a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. Y fue dicho a los de
Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la
puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta
la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche;
y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos
pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre
del monte que está delante de Hebrón”. Jueces 16:1-3
“Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio”. 2 Timoteo 1:7
Templanza o
dominio propio no es lo mismo que fuerza y evidentemente Sansón no entendió la
diferencia, a tal punto que dotado sobrenaturalmente de un don especial de Dios
y habiendo hecho un voto nazareo de dedicación a Él, nunca permitió que el
Espíritu Santo gobernara su vida, sino que fue dominado por los deseos e
impulsos de su carne; esto impidió que Dios lo usara como quisiera. La vida de
Sansón habría sido diferente y no terminaría como lo hizo; si se hubiera
rendido totalmente al propósito que Dios tenía para él.
Aunque
dotado de una fuerza especial, fue derrotado por su debilidad personal. Eso
pasa con muchos creyentes llenos de dones del Espíritu Santo; quieren ser
usados por Dios, pero al mismo tiempo quieren vivir la vida a su manera, esto
nunca conducirá a un feliz término. Si estamos en Cristo y le hemos entregado
nuestra vida a Él, entonces debemos consagrarnos a Él. Esto implica renunciar a
nuestros deseos carnales y mundanos, dejar de pecar en secreto, quizás
escondidos ante otros, pero sabiendo que nunca estaremos ocultos ante los ojos
de Dios y que debemos rendir cada área de nuestra vida a su entero control.
El Señor no
nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio; pero
al igual que Sansón, si no sometemos toda nuestra vida a Dios, podemos estar
pensando que nuestra área espiritual es aparte de nuestra vida personal y al
fragmentarlas nos ponemos en riesgo de caer en tentación. Se nos fue dada la
templanza por medio del Espíritu Santo para vivir en santidad, pero si
decidimos por nosotros mismos qué es lo que vamos a poner bajo el gobierno de
Dios y qué no, caeremos en la seducción de la tentación y pecaremos
deliberadamente, seremos disciplinados como lo dice Hebreos 10:26-27: “Porque
si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la
verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda
expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios”.
Recordemos
que, al estar en comunión con el Espíritu Santo, Él nos alienta, persuade,
corrige, inspira y capacita para vivir una vida que agrade a Dios;
recordándonos que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, Colosenses
3:3, por eso todas las áreas de nuestra vida son importantes para el Señor. Nuestra
mayor defensa contra la tentación es alimentarnos constantemente de la palabra
de Dios, que nos dará la fortaleza para superar nuestra debilidad y resistir
los ataques del enemigo que quiere vernos derrotados y vencidos por el pecado.
Debemos ser
conscientes de cuál es el área de nuestra vida más vulnerable y evitar toda
situación que nos lleve a ser tentados; esto es aprender a tener dominio
propio, ese fruto del Espíritu Santo que está a nuestro alcance si estamos en
comunión con Él, para poder vivir lejos del pecado. Oración.
«Gracias
amado Señor, por animarme a mantenerme firme, nada me puede hacer frente, ni
intimidar cuando vivo en comunión contigo. El poder del Espíritu Santo puede
ayudarme a vencer la tentación, para no caer en pecado y así continuar haciendo
tu voluntad. Me has dado espíritu de poder, amor y dominio propio, está a mi
disposición porque moras en mí y quieres llevarme a la santidad y a vivir
agradándote en todo, mi Señor. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario