Dulce refugio- Parte 2
«Y dijo aún
Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase
mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano
hasta que haya pasado.» Éxodo 33:21-22
Moisés
también pudo experimentar, al igual que Elías, lo que significa refugiarse o
esconderse en la Roca; en su caso, no está escondido en la hendidura de la peña
por desánimo, sino porque le ha hecho una petición a Dios, que le permita ver
Su gloria; Dios le ha dicho que para que esto suceda Moisés debe estar
refugiado en la Roca, por eso le vemos en ese lugar confiando en que recibirá
lo que el Señor le prometió, y a la expectativa de lo que a continuación verá.
¡Wow!, ¡Qué privilegio!, ¿ver la gloria de Dios? Sí, Moisés pudo ver a Dios de
espaldas.
Con este
relato quizá pensaremos: «Daría todo por estar ahí y experimentar lo mismo»;
pero, un momento, hemos olvidado algo importante, ¡Nosotros también lo hemos
hecho! pues hemos visto a Dios porque Jesús lo declaró: «El que me ha visto a
mí, ha visto al Padre;» (Juan 14:9) ¡Qué maravilloso!, ¿lo hemos visto? ¡Claro
que sí! Pero ¿cómo?, las Escrituras nos revelan que cuando conocimos a Jesús,
conocimos también al Padre, y desde ese momento en el que le conocemos, le
hemos visto (Juan 14:7)
Lo anterior
debe llevarnos a meditar en que las veces que hemos estado en nuestro refugio,
que ya sabemos no es un lugar, sino una persona, Jesucristo, hemos podido ver
la gloria de Dios, su poder, su bondad, así como lo hizo Moisés, pero también
hemos experimentado lo que es hablar con Dios (cuando oramos), y escucharlo
cuando leemos su palabra y nos es revelada por el Espíritu Santo.
Qué
privilegio saber que ese refugio en el cual se escondieron personajes como
Elías, Moisés y muchos otros, está disponible también para nosotros, así que
disfrutemos de ese privilegio y descansemos en Jesús, pues sólo en Él
encontramos: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y
templanza. Oración.
«Padre,
gracias porque por medio de tu palabra conozco que tú Hijo Jesús es el dulce
refugio en el cual mi vida descansa. amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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