El ruido de
la mente
“Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús”, Filipenses 4:7.
Escuchamos
tanto ruido que no escuchamos lo importante. Debemos hallar ese silencio donde
podemos escuchar la voz del Espíritu.
El ruido de
nuestros pensamientos que tratan de solucionar un tema inconcluso del día, tal
vez una dificultad que grita fuerte y nos genera preocupación; cerramos
nuestros ojos pero seguimos escuchando lo que nos angustia, pero por mucho que
demos vueltas a una situación, esta no se soluciona por la intensidad de
nuestro pensamiento sino por la confianza que tengamos en Dios.
También no
nos dejan escuchar al Padre, el ruido de las ciudades, cada día mayor, el ruido
del televisor, de los mensajes del celular o de las redes sociales que intentan
mantenernos conectados a ellas pero desconectados de lo esencial, de la fuente
de paz y verdad, del Espíritu de Cristo, de un Dios vivo que se comunica en el
silencio, que se manifiesta en lo secreto.
Así que,
busquemos cada día ese espacio en el lugar secreto, como nos lo enseñó Jesús:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre
que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público” (Mateo 6:6).
En ese lugar
secreto hallaremos la paz que sobrepasa todo entendimiento, que dará a nuestro
corazón y pensamiento la calma y la seguridad que necesitan, entonces
escucharemos atentamente la dulce voz de su Espíritu que anhela tener un
encuentro para hablarnos y llenarnos del amor de Cristo. Oración.
«Señor, trae
paz a mi pensamiento, da calma a mi angustia, quiero escuchar tu voz en el
silencio de tu presencia, saber que estás conmigo y que podemos tener un
encuentro especial donde me llenas de tu paz. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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